vamos a centrar nuestros esfuerzos en tratar de que las normativas sean más homogéneas, para lo que es imprescindible que se aplique de manera efectiva y con la máxima celeridad posible la Ley de Unidad de Mercado». Esta preocupación se ve incrementada ante la inminencia de la transposición de la nueva Directiva europea del Ascensor (2014/33/UE) y las diferentes interpretaciones y desarrollos que pueden realizar cada Comunidad Autónoma. Por último, y tras invitar a todos los asistentes a participar en cualquiera de las comisiones de trabajo que actualmente operan en FEEDA, se centró en otra de las necesidades del sector: la comunicación y las estadísticas. «Deberíamos tener unas estadísticas generales y únicas a nivel nacional –aseguró– para tener una única foto del sector y poder, a continuación, ponerlo en valor». Esto resulta especialmente necesario si tenemos en cuenta que, tal como dijo, «si nos planteáramos cómo nos ven los usuarios nos llevaríamos una sorpresa, porque no tenemos una buena imagen entre los usuarios, no se entiende la importancia del ascensor en la calidad de vida y de la necesidad de un buen mantenimiento del mismo». De ahí que el Plan de Comunicación 2015 pretenda abordar estos temas con una atención prioritaria. José Antonio Delgado-Echagüe en representación del Ministerio de Industria, expuso brevemente cuáles son los plazos para la anterior transposición y el plan de su desarrollo para todo el Estado, incidiendo sobre la competencia de vigilancia del mercado y su coordinación, sobre la que versó su intervención posterior. Destacó por otro lado, el impacto que van a suponer las nuevas normas EN 81-20 y EN 81-50, el cambio más importante del diseño del ascensor en los últimos veinte años, que incrementará la seguridad tanto de quienes viajan en un ascensor como de quienes se encargan de instalarlos y conservarlos. «En este momento, se están intentando introducir todas las novedades tecnológicas que se producen de forma continuada en la normativa, algo que ha sido siempre una de las quejas del sector: que la normativa siempre iba por detrás de la dinámica propia del mismo». Asimismo, anunció el proyecto de desarrollo de una regulación específica para el mantenimiento, inspección y modernización de escaleras y andenes móviles para el que está contando con la colaboración de los expertos de FEEDA, que presentaron una ponencia al respecto durante la Jornada. Dando continuidad al objeto de incrementar la seguridad de las instalaciones operativas y acercarla a la de aquellos aparatos recientemente puestos en servicio, Iñaki Aranburu, Presidente de EIGEL, planteó la necesidad de trabajar en un proyecto que alcance a todos y cada uno del millón de ascensores que conforman el parque de España e incorpore, entre otros, dispositivos de protección contra el cierre automático de puertas, sistemas de telealarma que permitan establecer contacto telefónico con el centro de atención en caso de emergencia, mecanismos que impidan que se pueda mover el ascensor con la puerta abierta y accionamientos que –conjuntamente con una iluminación eficiente– reduzcan el consumo energético y cuenten con precisión de parada suficiente para evitar que el ascensor no esté a ras del suelo de piso y pueda producir caídas y lesiones. En su exposición, Aranburu quiso destacar que el 45% del parque de elevadores mundial no sólo se concentra en Europa, sino que tiene una edad media de más de 25 años, lo cual hace pensar que muchas unidades requerirán una cierta modernización a no mucho tardar y que la regulación de ésta es responsabilidad de cada país, y no de Europa. «Lo que viene de Europa es la regulación hasta la puesta en servicio, siendo responsabilidad de cada Estado miembro la regulación posterior, lo que da lugar a una legislación de seguridad de los ascensores existentes variopinta y diversa», aseguró Aranburu. «En España, se ha hecho mucho camino en estas cuestiones, porque hemos ido incrementando el nivel de seguridad de los ascensores que ponemos en el mercado al ir mejorando las normas, pero ahora se dará otro salto mayor cuando entren con total conformidad las nuevas normas EN 81-20 y EN 81-50, lo que incrementará la brecha existente entre los ascensores nuevos y los que ya están operativos en el mercado. Y eso es algo que no nos gusta», afirmaba, categórico, Aranburu. Queda clara la necesidad de acercar el nivel de seguridad de los aparatos nuevos a los que están en servicio, sobre todo cuando se repasan las estadísticas europeas de accidentes, que muestran que las causas de estos que se repiten año tras año son siempre las mismas: precisión de parada y falta de protección en las puertas -es decir, cortinas fotoeléctricas–. «En España tenemos, proporcionalmente, más accidentes que en Europa y, de ellos, el 40% son debidos a la precisión de parada, a la falta de nivelación, porque en nuestro parque tenemos un mix mayor de aparatos de una y dos velocidades que terminan siendo más difíciles de ajustar», explicaba Iñaki Aranburu, quien finalizó esta intervención haciendo un llamamiento a las empresas, las asociaciones y las administraciones para reducir la brecha de seguridad entre el parque de ascensores existente y el de nueva implantación ya que, según concluyó, «la seguridad de los ascensores debe ser independiente de su antigüedad». JORNADAS 59 - Ascensores y Montacargas
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