Ascensores y Montacargas 77

les de esta fórmula de adquisición de vehículos, mientras que, por su parte, las compañías especializadas en renting, así como las propias marcas de automoción que ofrecen esta fórmula, han ido mejorando y depurando el servicio. El renting ha hecho, por tanto, notables progresos en el sector ascensorista, y ha sido adoptado por numerosas empresas. Pero otras muchas lo desconocen y unas terceras no lo consideran conveniente. Algunas incluso lo combinan con la compra y otras proceden a una diferenciación por vehículos: renting para coches y propiedad para motocicletas. Dos son los aspectos que más valoran las empresas de mantenimiento e instalación de ascensores del renting. En primer lugar, por comodidad. «El renting te permite despreocuparte del mantenimiento de los vehículos», afirma el propietario de una acreditada firma ascensorista. Esta comodidad es la que, por ejemplo, lleva a una empresa de Tenerife a servirse del renting en una delegación en la que «nos es más complicado controlar los talleres». Es, sin duda, la ‘despreocupación’ que garantiza al cliente uno de los puntos fuertes sobre los que se asienta el renting. Y de ello son plenamente conscientes sus compañías. Como explica Carlos José Díaz, director comercial y compras de APK Renting, «nuestro pilar central es el servicio ‘full r e n t i n g service’, gracias al cual el cl iente no debe de preocuparse de nada respecto al vehículo cont ratado. Para eso tenemos una potente herramienta ofimàtica, la cual informa en tiempo real de cual el estado en el que se encuentra el vehículo una vez entra en el taller por cualquier circunstancia y a la vez informa de lo que va a tardar la reparación ó revisión del mismo. Y, por supuesto, todos nuestros vehículos pasan las revisión en concesión oficial». En la comodidad también entra el componente económico. Pues, como dice una firma de Castellón, «con el renting el coste del vehículo es constante durante la vida del mismo, por lo que sabes cuanto te cuesta». A lo que hay que añadir, como coinciden en señalar numerosas empresas, el buen tratamiento fiscal de este tipo de alquiler. La comodidad incluye, en fin, la calidad. El departamento de renting de Renault destaca la «fiabilidad del producto, lo que unido a la baja tasa de entradas en taller nos pone a la cabeza con respecto a nuestros competidores, como marca que asegura tranquilidad y costes controlados». La flexibilidad es otro de los factores competitivos que más destacan las empresas proveedoras con el fin de ofrecer un servicio a la carta. Es en lo que incide, por ejemplo, la compañía Alquiler, con su «renting flexible que se adapta a las necesidades de nuestros clientes, customizando los vehículos bajo demanda, con un trato personalizado y una amplia cartera de producto». Las ventajas del renting se amplían a un servicio integral. Pedro Piñero, de Ascensores Jordà, argumenta el doble valor de calidad y economía que garantiza el renting: «Te permite tener siempre en condiciones toda la flota, con precios asequibles y ventajas en coches de sustitución». La experiencia de las empresas ascensoristas con el renting es, obviamente, diversa, pues como explica una de ellas, «con los servidores de renting pasa lo mismo que con las empresas de ascensores: unas lo hacen bien y otras no tan bien». Son mayoría las empresas que afirman tener un servicio satisfactorio de renting, pero puestos a poner pegas, una se queja de las pérdidas de tiempo que ocasionan las autorizaciones de neumáticos y reparaciones, así como también los altos costos que gravan las reparaciones de las pequeñas deficiencias del interior de las furgonetas cuando se devuelven. A veces se mencionan «cuestiones burocráticas» que ocasionan «retrasos en la entrega de los vehículos que han sido reparados por parte del servicio de postventa». Y como anécdota merece la pena mencionar la experiencia de una empresa ascensorista con una compañía de renting «que cruzó la información en tráfico y recibíamos las multas de una furgoneta que no teníamos». Muchas empresas afirman                   52 - Ascensores y Montacargas

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