AX115 - Ascensores y Montacargas

43 teniendo en cuenta que “España está en posición 70 en este ámbito, tras países como Tanzania o Uzbekistán”. Tras defender “la aplicación de la ciencia a la industria para mejorar la productividad”, Molina no dejó de apuntar que “las dificultades de colaboración con la universidad son, en parte, consecuencia de que se ha administrado en esa línea y la transferencia universitaria se ha quedado atrás en un país de pymes a las que, si no se apoyan en las investigaciones de las universidades, cuesta mucho invertir en I+D”. EJERCICIO DE ANTICIPACIÓN EN COLABORACIÓN PÚBLICO-PRIVADA La primera mesa concluyó llevando a cabo el ejercicio de anticipación para el tema abordado, con el objetivo de empezar a actuar para una mejora de la colaboración público-privada. Eugenio Barroso se enfocó en la defensa de “la productividad como una de las grandes asignaturas pendientes de la industria”, alegando que “es el origen de todo: una empresa innova o es internacional porque es productiva y las empresas tendrían que tener el foco en la productividad y hay empresas que ni lo miden”. Tras apuntar que “la administración podría hacer mucho más de lo que hace por la productividad”, constató, no obstante, que “desde el punto de vista de la investigación, sí veo vientos de cambio, en el sentido de transformar la administración en un modelo facilitador” y solicitó “simplificación administrativa, eliminación de retraso de los expedientes, la propia manera en que los funcionarios desarrollan su tarea y nuevas herramientas, con una visión más a largo plazo –por ejemplo, con proyectos conjuntos a largo plazo para dar solución a problemas sociales pero que resulten rentables–“. En definitiva, “trabajar por el sector, de manera desprendida, para vertebrar el ámbito de los ascensores”. Alberto Bermúdez propuso apostar por “el binomio calidad-seguridad, en el que la administración tiene que vigilar el marco en el que esa combinación produce avances” y manifestó su deseo de que “en el futuro, las inspecciones no se hagan porque lo digan los reglamentos, sino porque la sociedad busque las empresas que están respaldadas por las inspecciones”, para lo cual aseguró que “es necesaria más información de los parques de instalaciones, sin que las competencias de las CCAA plantearan diferencias en términos de seguridad”. José Manuel Prieto estuvo de acuerdo con las opiniones del resto de participantes en la mesa sobre que “hay que dar más pasos en el marco regulatorio para hacer más fácil la vida a las empresas y facilitar el paso de las universidades a la empresa” y aprovechó para insistir en la necesidad de “concienciar al tejido empresarial para que participe en las normas, porque la legislación a menudo remite a norma. Es un claro ejemplo de colaboración público-privada que funciona y en el que se puede hacer mucho”. Asimismo, planteó a los asistentes el reto de “cómo poder identificar los productos que no cumplen en el mercado, con la ayuda de los sectores industriales –y la IA– para poder establecer un listado de productos concreto”, algo que considera que “sería un paso de productividad industrial grandísimo”, antes de anticipar que “en marzo o abril saldrá a votación del Consejo de Ministros la tan esperada ITC, cuyas obligaciones de aplicación serán 1 de julio de 2024 o 2 de enero de 2025”. “Me gustaría ver en 2034 que alguien que ha hecho un doctorado y tiene una visión científica se pudiera incorporar a las empresas –algo que en España no se valora mucho– y que haya ayuda o colaboración de las administraciones, con un marco legislativo algo diferente para el tema de las subvenciones que, a fecha de hoy, es un infierno para todos”, reclamó por su parte Pilar Molina, quien abogó por “hacer investigación para la innovación a largo plazo”. “La colaboración público-privada va a ir a más, porque se está incentivando de manera preferente. Ganan todos, tanto la administración como la empresa y la propia sociedad”, fue la optimista conclusión de Alfredo Gómez quien, no obstante, no ocultó que “falta cultura, porque es una manera de trabajar diferente, que requiere rentabilidad, un marco jurídico, evitar que se creen monopolios o colaboración de esos proyectos en pocas empresas, transparencia y rendición de cuentas efectiva”. EJERCICIO DE RETROANTICIPACIÓN SOBRE LA IMPLANTACIÓN DE LA METODOLOGÍA BIM En cada jornada del Observatorio de Anticipación Industrial, se suele hacer un ejercicio de retroanticipación en el que se revisa el grado de acierto de una anticipación realizada en el pasado. En esta ocasión, se revisó la anticipación que se hizo sobre la aplicación de la metodología BIM en 2017. Para ello, la moderadora de la mesa, Patricia De Anta, Export Manager de CEGI, empezó pidiendo a los asistentes su visión sobre la cuestión en la fecha en la que se hizo el primer ejercicio, para comprobar su evolución hasta la fecha, dado que entonces se anticipó una velocidad de adaptación mayor que la que finalmente se ha dado. Jorge Torrico, gerente BIM en Ineco, empezó explicando que “hace una década, BIM era una cuestión ‘trendy’ y en el ámbito internacional se planteaban una serie de requisitos como, por ejemplo, poder generar prototipos digitales de mejor calidad y la capacidad que ofrecía la tecnología ya en ese momento de generarlos. Todo ello era un caldo de cultivo para generar determinadas iniciativas, respaldado por el hecho de que en Reino Unido

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