El Covid-19 ha irrumpido en nuestras vidas de forma feroz, con efectos devastadores en el sistema sanitario que se han trasladado velozmente al sistema económico. En las empresas ha afectado en el plano emocional, organizativo, económico y financiero. A corto plazo nos ha puesto a todos en modo defensivo: planes de contingencia para procurar mantener la salud de la plantilla, la seguridad de los centros de trabajo, el ajuste de la corriente de gastos a la nueva corriente de ingresos y la defensa de la caja. El vértice de nuestra estrategia son las personas. Ha sido el principal foco de nuestra acción. Hemos trabajado para evitar contagios y para elevar el ánimo y la moral de victoria de las personas. Y, en paralelo, hemos trabajado para mantener el nivel de actividad. MP ha dado respuesta a tiempo: a finales de enero teníamos un comité de seguimiento de proveedores –recordemos que la parada en China se produjo especialmente en la última semana de enero y ya afectó a la cadena de suministro–; el 12 de marzo, antes del estado de alarma en España, ya estábamos en modo teletrabajo; el comité de crisis estaba constituido esa misma semana con reuniones diarias. Va a ir por barrios. Las familias deciden modernizar ascensores o instalar ascensores en edificios existentes en función de su renta disponible (igual para comprar un coche o modernizar una cocina) y los inversores deciden iniciar proyectos de promoción en función de sus expectativas de rentabilidad. Cada país, cada región, va a ser diferente. Depende de cómo impacte la crisis sanitaria y cómo se gestione; y depende de cómo se gestione la crisis económica. Desde el punto de vista del uso, cambiarán los hábitos: respetar distancias de seguridad, menos viajeros por trayecto, más intensidad en el uso y evitar contacto físico de las personas con los dispositivos del ascensor. Esto plantea retos de cambio de transformación de los hábitos y retos tecnológicos. Los comerciales también viven con restricciones de movimiento por lo que el reto de la fuerza comercial es cómo vender y estar cercano a los clientes a distancia, en modo digital. El cliente tiene necesidades parecidas aunque hay que satisfacerlas de otra manera. En Zardoya Otis hemos mantenido el empleo y, por supuesto, nuestro nivel de servicio a los clientes en todo momento. Ahora tenemos por delante el reto de afrontar una situación de crisis económica generalizada. En todo momento se han mantenido operativos al 100% –es decir 24/7– el centro de servicio y el servicio de reposición de piezas. Por otra parte, los empleados cuyas funciones así lo permiten, han estado y están teletrabajando, mientras que técnicos u operarios que realizan funciones cuya naturaleza no permite el teletrabajo están plenamente operativos, cumpliendo todas las medidas de precaución y seguridad necesarias. También nuestras fábricas de Madrid, San Sebastián y Vigo están trabajando con normalidad. Es evidente que, a corto y medio plazo, todos nos veremos afectados por una recesión económica general. Sin embargo, en Zardoya Otis contamos con la solidez necesaria para afrontarla y superarla con éxito. El esfuerzo en investigación e inversión realizado para digitalizar la empresa es ahora nuestra plataforma para trabajar de forma distinta pero ofreciendo mayor rapidez de servicio, mayor disponibilidad del ascensor e información transparente a clientes y usuarios. Afortunadamente nosotros hemos podido seguir abiertos pues el sector al que nos dedicamos se podría considerar como de primera necesidad, no solo por la personas mayores o enfermas que necesitan del ascensor para poder moverse sino para los hospitales y demás servicios sociales. Aunque hemos notado una bajada importante en las llamadas, estas se han seguido sucediendo y por ello nosotros debíamos de seguir dando el servicio como hasta ahora. Las medidas tomadas han sido: la restructuración de los horarios de los empleados (el teletrabajo no era posible), creando así tres grupos de trabajo para que no coincidieran, y la adaptación de medidas sanitarias como geles hidroalcohólicos, guantes y mascarillas para todo el personal. Creo que no afectará mucho al sector del ascensor, por la consideración de este elemento como un bien esencial. No obstante, la crisis económica que vamos a sufrir va a hacer que la falta de ingresos de los españoles provoque que se dejen de pagar cuotas de mantenimiento o descienda la solicitud de instalación de ascensores ya que tendrán priorizar gastos y este, quizás,‘podría ser uno de ellos. 24 - Ascensores y Montacargas
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