47 MATERIALES a los coches eléctricos, cuya demanda es cada vez mayor. En este sentido, la mayor exigencia de los conductores de este tipo de vehículos es poder recorrer más espacio con una sola recarga de las baterías, por lo que éstas son cada vez más grandes; si a esto se suma que el número de componentes electrónicos en los vehículos es cada vez mayor, el resultado son coches muy pesados. Sin embargo, la utilización de aluminio en su fabricación hace que este peso se reduzca, mejorando la eficiencia energética del vehículo. De este modo, se necesita menos carga de batería para recorrer la misma distancia. En palabras del director general, “el uso de aluminio en los vehículos de pasajeros ha aumentado constantemente —en elementos como el capó, tapas de cubierta y puertas— reduciendo el peso de estos, lo que tiene un impacto significativo en el rendimiento y el ahorro de combustible. Es evidente que el aluminio facilita las soluciones de movilidad del futuro”. UNA APUESTA SEGURA PARA LAS EMPRESAS El uso del aluminio en la automoción no es nuevo. En 1919 el ingeniero alemán Hugo Junkers ideó el F 13, el primer avión diseñado para el transporte de pasajeros propiamente dicho, hecho enteramente de duraluminio, una aleación de aluminio, cobre, manganeso y magnesio, sólida y ligera, que eliminaba gran parte del peso del hierro. Desde entonces y hasta la fecha, cada vez son más los fabricantes líderes en el sector de la automoción que apuestan por el aluminio en su cadena de fabricación, incluyendo, además, novedosos sistemas de reciclaje de las piezas elaboradas con este material. En un proceso circular, se extrae chatarra de alta calidad del material de desecho utilizado en la fabricación de los coches, devolviéndola a los proveedores iniciales, quienes la transforman en láminas de aleación de aluminio que devuelven a los fabricantes para su uso de nuevo en la producción. Este sistema implica un uso altamente eficiente de los recursos ya que el La ‘Estrategia de Movilidad Sostenible e Inteligente’ de la Comisión Europea aspira conseguir un futuro de movilidad sostenible en la UE a través de la transformación ecológica y digital de su sistema de transportes. reciclaje de la chatarra de aluminio ahorra más del 90% de la energía que se necesitaría para crear una cantidad comparable de metal a partir de materias primas. Y al mismo tiempo ayuda a reducir las emisiones de CO2 en comparación con el uso de piezas fabricadas con aleaciones primarias de materias primas. Se puede decir que las estructuras, tanto de aluminio como híbridas (aleaciones) en los automóviles, son las preferidas por multitud de marcas comerciales, que buscan evolucionar en sus nuevos modelos de automóviles, a través del uso de un material altamente eficiente. Como concluye Jon de Olabarria, “el hecho de que el aluminio sea, además de resistente, un 40%más ligero que otros materiales como el acero, hace que genere menor consumo y mayor rendimiento, que aumente la seguridad y que tenga una resistencia específica mayor. Y, además, se puede reciclar. Con todas estas ventajas es fácil comprender que su uso se haya extendido tanto en la industria automovilística”.
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