AU20 - Automoción

TRIBUNA DE OPINIÓN 22 En estos tiempos tumultuosos para la industria de la automoción europea, Marruecos emerge como un punto estratégico de debate y oportunidad que no puede pasar inadvertido y al que debemos hacerle frente. La Unión Europea, con sus regulaciones ambiciosas en materia de vehículos eléctricos, ha presionado a la industria hacia una transición que, aunque inevitable, parece haber subestimado la velocidad de adopción por parte de los consumidores. La realidad es que las ventas de vehículos eléctricos están lejos de alcanzar las expectativas que se tenían años atrás. Se venden menos vehículos eléctricos y, siendo objetivos, los pocos que se fabrican, en su mayoría, lo hacen fuera de Europa. Esta situación no solo afecta a los fabricantes europeos, sino que también abre una ventana de oportunidad para otros actores globales que no quieren perder la oportunidad de hacer negocio en otros países con menos trabas. Marruecos, con su tratado de libre comercio, tanto con la UE como con los Estados Unidos, se presenta como un destino atractivo para la fabricación de vehículos. Empresas, especialmente chinas, están encontrando en Marruecos un punto de entrada ideal para producir vehículos que luego pueden ser ensamblados en Europa, llevando consigo la etiqueta de ‘made in Europe’ con todos los beneficios que eso conlleva en términos de percepción de calidad y cumplimiento normativo. Sin embargo, no podemos ignorar los retos asociados. La calidad de los vehículos fabricados en Marruecos a menudo no alcanza los estándares europeos. Por no hablar de la mano de obra, que dista de la europea, a nivel salarial. LA DEMANDA REAL DE VEHÍCULOS DE BAJAS EMISIONES DISTA DE LAS PRETENSIONES DE LA UE Si a esto le añadimos que las empresas están optando por cambiar sus estrategias, por las exigencias regulatorias de la UE en cuanto a bajas emisiones, están llevando a la producción de vehículos más tradicionales fuera de Europa, donde existe una demanda real, a pesar de la utopía de pensar que los consumidores optarían por otro tipo de combustión. Desde el CIAC y otros clústeres industriales a nivel nacional y europeo, es imperativo que aboguemos por unirnos y mostrar a Bruselas la realidad de la industria y las necesidades de los fabricantes. Las exigencias deben ajustarse a las condiciones del mercado y a las capacidades de los consumidores. Es crucial encontrar un equilibrio entre la ambición ambiental y la viabilidad económica de nuestras industrias. Además, debemos mantener una vigilancia constante sobre las evoluciones en Marruecos para que no nos coja por sorpresa. Cada empresa debe evaluar cuidadosamente su modelo de negocio y considerar la posibilidad de poner un pie en Marruecos para asegurar su competitividad futura. Marruecos afianza su posición dentro de la industria de la automoción Sergio Alcaraz, presidente del CIAC, Clúster de la Indústria d’Automoció de Catalunya

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