AU19 - Automoción

TRIBUNA DE OPINIÓN 26 Europa debe hacer mucho más para poner su industria de vehículos eléctricos en el carril rápido. Esto es aún más urgente con las elecciones europeas, en las que algunos parecen interpretar señales de que se podría retroceder el reloj. Por el contrario, estamos muy lejos del punto de discutir el ‘si’. En cambio, el énfasis total debe ponerse en el ‘cómo’: descarbonizar el transporte y la movilidad de tal manera que realmente logremos nuestros objetivos sociales compartidos, mientras encontramos un equilibrio sostenible y realista entre los intereses económicos, ambientales y geopolíticos. ENTONCES, ¿DÓNDE NOS ENCONTRAMOS? La industria automotriz se ha comprometido a invertir más de 250.000 millones de euros en electrificación hasta 2030, más que el PIB combinado de varios estados miembros. Pero la revolución de la electromovilidad significa mucho más que simplemente reemplazar una tecnología de tren motriz por otra, por muy complejo y transformador que esto pueda ser desde una perspectiva industrial. Requiere un esfuerzo de equipo con muchos otros también participando. Y aquí es donde se pone difícil. Un reciente informe de Acea sobre el estado de la infraestructura pública de carga para VE en Europa reveló hallazgos reveladores. Acea estima la necesidad de 8,8 millones de puntos de carga para 2030. Esto significa que alrededor de 1,2 millones de cargadores deben instalarse cada año para lograr el objetivo de descarbonización de 2030, ocho veces más de lo que se instala actualmente (150.000) anualmente, y esto en un abrir y cerrar de ojos en términos de aprobación e instalación de permisos de infraestructura. El enigma del vehículo eléctrico en Europa: más cargadores, apoyo sostenido al mercado, políticas más inteligentes Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (Acea) Con la ambición de reducir rápidamente las emisiones de CO2 de coches y furgonetas, la transición masiva a los vehículos eléctricos (VE) no es una opción, es una necesidad. Dicho esto, simplemente establecer objetivos ambiciosos de electrificación sin establecer condiciones igualmente ambiciosas para implementarlos no es una estrategia inteligente. Sigrid De Vries, directora general de Acea.

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