¿La forma en que vivimos, nos relacionamos y convivimos ha cambiado? Lo que está cambiando es la sociedad en la que vivimos. Las formas de las familias son diferentes a las de hace 40 años, en las que hasta 3 generaciones vivían en la misma casa. Ahora hay personas monoparentales, solteros, parejas sin hijos, con hijos que viven muy lejos, parejas del mismo sexo sin hijos, etc. Esto hace que la atención a las personas mayores con o sin dependencia deba ser repensada en su conjunto, pues ya no hay familiares que no trabajen, que puedan cuidar a los mayores de la familia. Por otra parte, muchos de los que vamos camino de la vejez y que hemos cuidado a nuestros padres no querremos que nuestros hijos deban cuidarnos, o al menos lo intentaremos. ¿Cómo afecta esto a los espacios que diseñan? La consecuencia es que estos cambios sociales implican modificar la arquitectura para estas personas. Nosotros defendemos que la arquitectura es aquella disciplina que se encarga del diseño del entorno de las personas, con el objetivo de mejorar su calidad de vida. Cuando encontramos personas mayores con soledad no deseada debemos pensar cómo darles un entorno, donde puedan socializar y mejorar esa calidad de vida, y cuando pensamos en personas mayores con un grado de dependencia elevado, debemos pensar qué entorno es el más adecuado para su atención y cuidado. Precisamente, en el sector sénior, ¿cómo son los nuevos modelos de convivencia? Como decía antes, las personas mayores dependientes necesitan de cuidados para las actividades de la vida diaria. Pero, al mismo tiempo, deben poder vivir la vejez de forma lo más autónoma posible y con libertad y tranquilidad. Se ha demostrado que el modelo de residencias para mayores, como institución que se ha construido en España hasta antes de la pandemia, no era el adecuado. Nosotros decidimos especializarnos en la arquitectura para mayores dependientes en 2014, cuando estábamos inmersos en la gran crisis inmobiliaria. Decidimos investigar y viajar a los países donde se aplican las mejores prácticas de cura para las personas mayores dependientes. Nos dimos cuenta que, en los países nórdicos, con un estado del bienestar muy desarrollado, las residencias estaban distribuidas por unidades de convivencia más pequeñas, pero los costes eran muy altos. Desde el primer momento pensamos que eso sería muy difícil implantarlo en España por nuestra economía y cultura diferentes. Pero después de hacer diferentes propuestas con el sector geroasistencial llegamos a una propuesta que parecía factible. Nos costó que el sector lo aceptase, pero como siempre pasa en estas ocasiones, una empresa creyó en nosotros y pudimos hacer un primer proyecto de una residencia diseñada con unidades de convivencia. A partir de ese momento y con la pandemia de los años 2020 y 2021, esta metodología se está convirtiendo en norma. En BTA Arquitectura se adapta el estilo nórdico con Unidades de Convivencia. ¿Qué particularidades tiene? ¿Qué beneficios tiene este tipo de viviendas en el colectivo sénior? Se trata de residencias distribuidas en pequeñas unidades que son como pisos grandes, donde viven de forma independiente un grupo entre 10 y 20 personas mayores. Cada unidad tiene todo lo necesario para poder tener una vida en común y disponer de los cuidados y las curas necesarias. Desde la promulgación de la Ley de la Dependencia, las residencias para mayores atienden a personas con un elevado grado de dependencia. En los casos de personas con problemas cognitivos, que tienen muchas dificultades para entender lo que pasa a su alrededor y han perdido la capacidad de comunicar lo que sienten, pero mantienen una sensibilidad alta, estar rodeado de muchas personas, ruido, desorden, gritos, les provoca una ansiedad y depresión difíciles de soportar. Reducir todos estos estímulos negativos permite que las personas mejoren de forma significativa su calidad de vida, al mismo tiempo que se reduce sus necesidades de contenciones químicas y físicas. Todo ello también mejora las prácticas de cura con lo que el personal también mejora su calidad de vida laboral. ¿Los centros para gente mayor actuales deberán adaptarse a las nuevas necesidades o convivirán los distintos modelos residenciales? Nosotros creemos que hay un antes y un después de la pandemia. El problema fundamental de la atención a la dependencia y a las personas mayores es la falta de una financiación adecuada. En estos momentos el modelo ya no se discute, es posible que BTA Arquitectura fuéramos los primeros en apostar por esta metodología, pero luego la pandemia nos ayudó a que todo el sector viera la necesidad de innovar para mejorar el sistema. ¿Podría aportarnos algún caso de éxito de su estudio y cómo lo han trabajado? Como siempre pasa cuando quieres innovar en un sector, alguien creyó que lo que proponíamos podía funcionar. Fue la empresa Residencia Barcelona que había comprado una estructura construida en Sant Adrià del Besos. Nos encargaron el proyecto de una residencia para 99 perso73 ARQUITECTURA SOCIAL
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