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Entre ellos tenemos las pinturas auto limpiantes, capaces de captar energía mediante un proceso fotoquímico similar al que poseen los paneles fotovoltaicos; nano espumas con propiedades ignífugas y de aislación térmica ultralivianas (densidad similar al aire); y hélices eólicas de alto rendimiento compuestas con nanoarcillas o nanotubos de carbono que podrían satisfacer fácilmente la demanda de energía de varias viviendas”. Otros desarrollos disruptivos serían la madera transparente, que es más resistente y aislante al calor, o la pared permeable a la luz, fabricada con hormigón translúcido, que disminuye el consumo energético para iluminar interiores. “Si deseamos ser constructores de una sociedad que crezca por la senda de lo sostenible, debemos comprender que toda acción involucra impacto en el medioambiente (consumo energía y liberación de CO2), por mínimo que Terraza en las nuevas oficinas Henneo. Imagen del aula de trabajo de B-Step. este sea. Por lo tanto, debemos reducirlo teniendo presente los conceptos y desarrollos descriptos anteriormente”. Pero en esta ecuación también entra en juego la sostenibilidad. “Hace algunas décadas, las casas se construían manteniendo un fuerte vínculo con la naturaleza, cuando gran parte de la población vivía en las zonas rurales y antes de que se produjera el éxodo masivo a las ciudades. Allí, la construcción era ecológica, simplemente porque solo se utilizaban materiales naturales y locales, como la piedra, la madera, la cal, la lana, el barro o la paja, entre otros”, recuerdan desde 118 Studio. De hecho, es una realidad que antaño la arquitectura se adaptaba al medio, era autosuficiente y limpia, así que “creemos que deberíamos de volver a eso, a recuperar esa manera de entender la arquitectura acompañada de todas las posibilidades que nos ofrece la tecnología actual”. Así que la construcción bioclimática deberá incorporar además eficiencia y ahorro y materiales alternativos reduciendo el uso como “aislamientos procedentes de derivados del petróleo, tóxicos o que no dejan que la vivienda traspire: corcho, celulosa, morteros de cal en lugar de cemento, pinturas ecológicas minerales, cáñamo o fibras vegetales, son buenos ejemplos. El ahorro energético debe ser otro aspecto fundamental a tener en cuenta, tanto a la hora de construir como de plantearse el futuro uso de la vivienda, apostando por la iluminación natural, las bombillas de bajo consumo, la climatización natural a través de sistemas vegetales y sombras, o la instalación de colectores solares para el agua caliente, entre otros aspectos, ” concluyen desde el estudio. Para 118 Studio, los edificios deben ser saludables desde sus cimientos: ecológicos por fuera y healthy por dentro. La arquitectura del bienestar es una tendencia cada vez más en auge que pone el foco en el wellness por un futuro mejor. n 68 ARQUITECTURA SOCIAL

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