Un instante del acto de presentación de resultados del informe de verano de Euroconstruct, que tuvo lugar en la sede del ITeC, en Barcelona. 22 INFORME compromiso de las administraciones públicas por no desviarse en exceso de sus planes de infraestructuras y por aprovechar los fondos Next Generation de la Unión Europea (NGEU). La inercia de toda la obra en marcha no hace temer por el crecimiento en 2024 (2,2%). La previsión para los siguientes años se encuentra bajo el influjo de factores de signo opuesto. En sentido positivo, la mejora económica y el abaratamiento del crédito deberían apuntalar la inversión, particularmente la privada. Y en sentido negativo, algunos países podrían ver como sus finanzas públicas quedan restringidas por la reactivación del Pacto de Estabilidad. De momento, las previsiones tienden a dar más peso al sesgo expansivo, apostando por crecimientos anuales en torno al 2,6-2,7% para 2025 y 2026. Los nichos de mercado con mejores expectativas son precisamente aquellos que desempeñan un papel más relevante en la descarbonización (energía, ferrocarril) y en la adaptación al cambio climático (obra hidráulica). En consecuencia, se indica desde el ITeC, habrá que estar alerta por si la UE decide imprimirle menos velocidad al despliegue del Green Deal. ESPAÑA ESQUIVA LA RECESIÓN, PERO MANTIENE UN PERFIL BAJO Josep Ramon Fontana analizó la situación del mercado español dentro del marco europeo. El 2023 se superó con un crecimiento del 2,4% y se afronta 2024 con unas expectativas de crecer un 1%. “En comparación con Europa, en donde la producción se ha contraído en ambos años, se podría concluir que el sector en España disfruta de mejor salud. Sin embargo, el crecimiento en este bienio se sitúa por debajo del de la economía, y se trata de cifras modestas en relación con las tasas de crecimiento que se han registrado desde el 2015 en adelante (descartando el 2020). Por tanto, no puede considerarse al sector español como una excepción, puesto que también está siendo afectado por la subida de costes productivos y financieros, aunque en menor medida que la mayoría de países europeos. Asimismo, comparte con el resto de Europa las expectativas de que la normalización de tipos reactive la actividad, con lo que la previsión para 2025 (1,5%) y 2026 (1,8%) es muy similar a la del promedio Euroconstruct”, explicó el jefe del Departamento de Mercados del ITeC. La edificación residencial es el subsector en el cual España más se aleja del comportamiento europeo. Haber superado el periodo 2022-2023 sin caídas de producción demuestra que, aunque el empeoramiento económico y el alza de tipos haya disuadido a parte de la demanda, aún sigue quedando suficiente como para mantener al sector en la zona de confort de los últimos años, rozando las 110.000 viviendas iniciadas por año. Que la cartera de proyectos se mantenga estable incluso en los momentos más críticos es signo de un mercado maduro, pero indica que no cabe esperar demasiado crecimiento. “El escenario propuesto es de producción virtualmente estancada en 2023 (0,9%) y 2024 (0,5%) con posibilidades de una modesta aceleración en 2025 (1,5%) y 2026 (2%), asumiendo que la promoción privada abandone progresivamente sus posiciones de máxima cautela y que la promoción pública ejecute (cuando menos) la vivienda asequible para la cual tiene asignados fondos Next Generation”, indicó Fontana. La edificación no residencial también ha sufrido las turbulencias económicas y el encarecimiento de costes, situaciones que no ha superado con tanta facilidad como la vivienda, puesto que la previsión para 2024 es negativa (-1,5%). Este 2024 será el punto más bajo en términos de producción porque a los nichos que ya retrocedían en 2023 (oficinas, comercial, sector primario) se añaden ahora un par más (industrial y logística) que hacen que los nichos más resilientes (ocio, sanitario) sean incapaces de impedir que la producción acabe cerrando el año en positivo. Según el análisis del ITeC, este retroceso refleja la atmosfera poco propensa al arranque de proyectos de los últimos meses, con alguna excepción notable, como el caso específico de los hoteles. Algunos indicadores ya sugieren que los sectores económicos que demandan construcción no residencial están saliendo progresivamente de una situación de poca
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