ENTREVISTA 22 ces y un catálogo estupendo que estuvimos revisando para darnos cuenta de la cantidad de cosas que sucedían a la vez. De hecho, desbordó la ciudad. También hubo un concurso de estudiantes. Lo revisamos para tener en cuenta que debíamos hacer algo que estuviera, como mínimo, a la altura. TR: De hecho, en el 96 yo fui voluntario. Entonces se abordaron una serie de temas que entonces eran contemporáneos y ahora también se van a abarcar temáticas contemporáneas, pero abordándolas de una manera distinta. En esta ocasión abrimos un proceso de investigación, no cerrada. En el 96 no fue tanto así, sino que se convocaron en Barcelona temas contemporáneos en ese momento que se abordaban a través de debates y exposiciones. En vuestra propuesta hay una ubicación muy precisa, el frente marítimo del Mediterráneo. Tenemos una visión muy bucólica del mar, pero hemos volcado todo lo ‘malo’ en él, pero que necesitamos como ciudad y sociedad. Ya lo habíamos hecho antes del 92, pero no lo hemos dejado de hacer. Todavía estamos discutiendo, por ejemplo, sobre la ampliación del aeropuerto de El Prat. MB: Nos gusta la imperfección de la línea de costa. Nos parecía que ilustraba muy bien esa idea de laboratorio imperfecto. Tenemos una ciudad que se conoce por su frente marítimo, pero esa línea de costa empieza en el Garraf y termina en Montgat, incluso más lejos. Tenemos unos niveles de densidad urbana que nos han llevado a colonizar el territorio y que requieren de una serie de infraestructuras de mucho calibre. En esa franja marítima, justamente, hemos ido escondiendo la depuradora, plantas de energía, la desalinizadora, el aeropuerto, la zona Franca… Y también a nivel global, porque, por ejemplo, cuando hablamos de la 'nube', nos referimos a una cantidad de cableados que en realidad discurren bajo el océano. Estamos utilizando el océano como vertedero, pero más de lo que nos pueda preocupar lo que vemos, como los plásticos que flotan, por debajo también hay muchas cosas. TR: Siempre hay esta doble acepción. Cuando hablamos de línea de costa, hay una aproximación pragmática sobre dónde colocar esas infraestructuras. Como arquitectos sabemos que hay que respetar las variables con todas sus complejidades. Pero siempre procuramos que haya una aproximación que tenga que ver con algo que construya contenido dentro de unas propuestas. Es un lugar donde caben miles de personas a lo largo de la costa, que queremos polarizar para que uno esté en contacto con esa acumulación de la historia de la ciudad. Es una aproximación conceptual a nuestra propuesta y que queremos cumplir, porque, entre otras cosas, nos acercamos a lugares como el Besós, que es un nuevo centro del área metropolitana, donde ahora mismo la pulsión no está solo en las turbinas y las chimeneas, sino por la industria que está alrededor. Es un lugar que está en permanente pulsión y seguramente es un lugar de los más ‘becomings’ que hay en Barcelona, de los que están más por devenir. Hemos hablado de la palabra tiempo, como transición, entender la arquitectura, no como 'photo finish', sino algo imperfecto, inacabado y construido a lo largo del tiempo. TR: El tiempo es una palabra muy peligrosa porque cuando hablamos de ello desde la filosofía, cada filósofo puede tener una acepción o interpretación diferente. Por eso aparece en nuestra propuesta ese subtítulo donde decimos que ‘becoming’ es devenir, es decir, tiempo aplicado a la transformación cuidadosa -en cuanto a ‘cuidado’, con todo lo que implica hoy el concepto ‘care’- de la realidad existente, no como un lugar extractivo, sino donde se construye sobre lo ya construido y que al construir transformas no solo lo que se ve aquí, sino lo que se ve más allá. Cuando hablamos de biosfera, nos referimos a ese entorno planetario, es esa transformación del tiempo. Las velocidades del tiempo son relativas, porque las velocidades geológicas son unas; es decir, qué significan dos años respecto a 5000 millones de años. En realidad, cuando hablamos de tiempo lo hacemos de una transformación cuidadosa, pero eso no implica que sea un proceso lento, eso es relativo. MB: Por ejemplo, respecto a la línea de la costa nos parecía que el tiempo también se vinculaba a los retos más inminentes, como la subida del nivel del mar o las migraciones. Hay toda una serie de temas en esta línea de la costa que son retos inminentes por los que tenemos que estar preocupados. Algunos arquitectos han pensando edificios para una funcionalidad y un tiempo como si fuese eterno. A lo mejor tenemos que empezar a diseñar edificios que desde el momento cero puedan tener una transición futura. MB: Quizás hay que tener estrategias para revitalizar edificios que no estaban pensados para tener otras vidas. Pero para los nuevos edificios, ¿no deberíamos pensar también en ello? TR: Sí que podría haber un cambio de paradigma donde más que definir programas pudiéramos definir condiciones que puedan ser reprogramadas según las circunstancias que puedan darse, como las condiciones bioclimáticas. En vuestra propuesta aparece el concepto del ‘Call to action’. Explicasteis que habrá mesas redondas, conferencias, workshops. TR: Sí, de hecho, más allá de una proclama abierta y genérica, estamos diseñando distintos formatos que permiten vincularse a distintas llamadas, ‘open calls’ o acciones que inviten a participar. A través de esas llamadas pretendemos invitar a otros profesionales o a la ciudadanía para que haya
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