La madera es en sí misma, por su baja conductividad térmica, un material aislante. Entonces, ¿qué ocurre? Al introducir un material muy aislante en el interior del sistema atrae hacia él las isotermas, desviando el flujo calorífico que discurría por las poliamidas y el acristalamiento. El flujo exterior penetra hacia el interior por la discontinuidad del aislamiento (junta entre módulos). Este fenómeno es asimilable a lo que ocurre con un puente térmico en un frente de forjado. Si situamos el aislamiento por el exterior, aunque haya un puente térmico, la afección sobre la temperatura superficial interior es mínima, ya que la capa exterior aislante hace que el cerramiento permanezca a una temperatura mayor y el efecto del puente térmico se diluye. Por el contrario, si colocamos un elemento aislante por el interior, el cerramiento está a una temperatura más baja en su conjunto y la zona de discontinuidad donde no hay aislamiento tendrá gran efecto sobre la temperatura de las superficies interiores en ese puente térmico, provocando zonas de muy baja temperatura en las que se pueden producir condensaciones si se alcanza la temperatura de rocío. Para minimizar y/o evitar en lo posible que se puedan producir se hace necesario optimizar térmicamente la sección del nudo del sistema modular. Para hacerlo mejoraremos térmicamente de modo gradual la zona exterior del sistema con diferentes estrategias: Modelización de puente térmico en forjados. 1. Mejora de intercalario Se cambia el intercalario de aluminio por un intercalario ‘Warm Edge’. La temperatura en la esquina de madera más cercana al vidrio ha subido desde los 9,8°C iniciales a 11,0°C (Δ=1,2 °C). 2. Perfiles de aluminio Hi Aislamiento en espuma inyectada en la cámara entre poliamidas. El incremento desde la situación inicial (9,8°C) es de Δ=+1,9 °C. (11,7°C). Mejora de intercalario. Perfiles de aluminio Hi. 46 TECNOLOGÍA AFL
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx