IARQCO

PPROYECTO El interior de este resort se inspira en una amplia gama cromática inspirada en el art decó y los ‘felices años 20’. Fotos: Manolo Yllera. La Estación Ferroviaria Internacional de Canfranc se empezó a construir en 1915, con el objetivo de convertirse en un paso fronterizo entre España y Francia a través de los Pirineos, pero no fue hasta 1928 cuando fue inaugurada por Alfonso XII, convirtiéndose en la segunda estación más grande de Europa. No obstante, su servicio se vio interrumpido entre 1945 y 1949 por desacuerdos políticos con el gobierno francés. Pese a que su actividad quedó lastrada, la Estación Internacional de Canfranc fue un claro ejemplo de la arquitectura industrial de la época. No es de extrañar que sea uno de los proyectos más especiales para el equipo de Ilmiodesign, con el objetivo de dar una segunda vida y personalidad propia a este singular edificio. Para ello, se han inspirado en la estética de las antiguas estaciones del siglo XX y de sus lujosos trenes de largo recorrido -con sus particulares vagones y elementos representativos-, pero aportando un guiño contemporáneo. De esta forma, se ha querido proyectar el magnetismo de este espacio tan emblemático, diseñando espacios cálidos y elegantes que se fusionan con sutiles elementos art déco, para crear ambientes contemporáneos y nostálgicos. Sin duda, donde resaltan materiales nobles como la madera y el latón, tejidos ricos como el terciopelo y una gama cromática inspirada en los años 20 en tonos beiges, verdes y petróleos. Un diseño artesano, integrado y respetuoso con el entorno que al mismo tiempo redefine y recupera el exquisito y refinado glamour de este espacio reconocible en la región. Para ello, invita a vivir una experiencia única que, a su vez, se convierte en un viaje poético a través de la historia y la arquitectura.

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