Así, este congreso tiene dos objetivos fundamentales: en primer lugar, difundir los valores del patrimoniomoderno, para que se reconozca entre todos los sectores de la ciudadanía y, en segundo, establecer unas bases en la intervención en edificios patrimoniales de ese tipo. ¿Qué tipología patrimonial define el movimiento moderno? En el periodo que, desde la Fundación Docomomo Ibérico, se ha tomado como referencia para el estudio del movimiento moderno en la península ibérica, es decir el comprendido primero entre 1925 y 1965, y que se amplió después hasta 1975, los arquitectos aplicaron unos nuevos principios a las arquitecturas de todo tipo que proyectaron. Son arquitecturas que abarcaron desde grandes intervenciones urbanísticas, proyectos de ciudades o barriadas enteras, edificios o parques y jardines, hasta los mínimos detalles de un edificio, e incluso todo tipo de mobiliario. Todo ello fue objetivo de su atención proyectual. En consecuencia, cualquier tipología tiene magníficos ejemplos de estas arquitecturas desornamentadas, racionales y funcionalistas. Con principios modernos, se hicieron espacios simbólicos como templos o conventos, otros con necesidades mucho más funcionales, como fábricas, o prácticas, como estaciones, cines y teatros, mercados, colegios u hoteles. Si bien en edificios de todo tipo se dio ejemplo de modernidad, el campo de la vivienda y, en particular, la vivienda social, fue el que se erigió como una de las principales prioridades de la arquitectura del movimiento moderno. En el periodo que siguió a las guerras mundiales, así como a la Guerra Civil española, en las ciudades europeas se atendió a la construcción ARQUITECTURAS DEL MOVIMIENTO MODERNO de barriadas, para albergar socialmente y con decoro a miles de familias. Se experimentaron nuevas tipologías de vivienda, como los grandes bloques, muchos de ellos en altura, organizados en zonas verdes en contraposición a la manzana cerrada de la ciudad tradicional. También se investigaron soluciones para la vivienda mínima, siendo este tema objeto prioritario de los primeros congresos internacionales de arquitectura moderna. El congreso del CIAM II de 1929, celebrado en Frankfurt, se dedicó a la vivienda mínima y, en los años siguientes, se atendió a temas como los métodos constructivos para viviendas o la vivienda y el ocio; y, tras la Segunda Guerra Mundial, en 1947 se centró en la situación urbana y los valores estéticos de la vivienda colectiva. ¿Quéactuaciones son importantes enel patrimonio del movimientomoderno? Al igual que ocurre en la intervención en todo tipo de patrimonio, lo fundamental es establecer cuáles son los valores de cada elemento para que, una vez definidos, se puedan respetar y mantener. De la misma manera que hay unos criterios establecidos para intervenir en edificios históricos como catedrales, palacios, conventos, etc., se deben establecer unos criterios específicos para este otro tipo de patrimonio arquitectónico. Si nos parece fundamental que cuando se interviene en un palacio del s. XVI, por poner un ejemplo, se realicen estudios específicos y se lleven a cabo los proyectos necesarios con una empresa constructora que posea las credenciales adecuadas (clasificación k7), también debe de ser así en los edificios de este nuevo patrimonio. Si el edificio, jardín, barriada o cualquier otra arquitectura moderna tiene un valor patrimonial ¿por qué no protegerlo de la misma manera? En consecuencia, es prioritario establecer unos criterios para la intervención en este patrimonio. Casa Huarte, 1965 - 1967, Madrid, José Antonio Corrales Gutiérrez y Ramón Vázquez Molezún. Foto: José Hevia/ Fundación Docomomo Ibérico. Convento, teologado e iglesia de San Pedro Mártir de los Padres Dominicos, 1955-1960, Miguel Fisac Serna, Madrid. Foto: Luis Argüelles/Fundación Docomomo Ibérico.
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