Mirar desde dentro y desde fuera Cuando hablamos de edificios cuyo fin es ser un equipamiento social, tanto si se trata de obra nueva como de reforma, lo primero que hacemos es pensar en su interior: mirar desde dentro. Nos preocupamos por su programa funcional y en ver si el espacio interior cumple con los requerimientos planteados por el cliente. Si por ejemplo hablamos deescuelas u hospitales a su vez existe una normativa que cumplir. Muchos arquitectos a la hora diseñar nos centramos primero en el usuario y en sus sentidos. Porque el espacio transmite y nuestros cuerpos captan a través de los cinco sentidos (o más, pues ahora ya se habla de una treintena de sentidos). Cada vez es más importante la selección de materiales y los estudios vinculados a la iluminación y la acústica. Así, por ejemplo, debemos ver a la luz, como un material intangible más, que nos ayuda a configurar el espacio. Porque no solo es un tema de confort, sino que debemos pensar y diseñar en base a los conceptos que se trabajan desde la Neuroarquitectura. Si la sociedad cambia, los espacios que habitamos deben asumir y reflejar este cambio. En esta línea, es muy interesante la ‘Guía para proyectos de construcción y transformación de centros educativos públicos’ trabajado por el Departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya conjuntamente con el Col·legi d’Arquitectes de Catalunya (COAC) y la Fundación Jaume Bofill. Porque plantearse una nueva metodología didáctica nos conduce a definir nuevos espacios, rompiendo con la rígida normativa que nos ha precedido durante las pasadas décadas. A la hora de diseñar edificios también debemos observar el entorno, conectar y convivir con él: Mirar desde fuera. Llegado a este punto, podríamos hablar de “la Ciudad de los 15 minutos” de Carlos Moreno, y de cómo conseguir que los equipamientos cubran el territorio evitando realizar grandes desplazamientos innecesarios. Así, por ejemplo, el Eixample de Cerdà funciona como un ‘ecosistema alfombra’ gracias a la buena disposición de equipamientos como los mercados municipales, las escuelas o los hospitales. Todo ello funciona como un sistema que cubre nuestras necesidades básicas con pequeños desplazamientos. Cada una de estas piezas afecta y altera en positivo su entorno. Porque la arquitectura es mucho más que aquello que sucede dentro del edificio. Los edificios son como los árboles y funcionan mejor cuando se interrelacionan, como si de un bosque se tratara. Porque la arquitectura no debe trabajar edificios como objetos aislados y autónomos, sino como piezas de un ecosistema mayor. Necesitamos que la arquitectura nos permita tejer una red de conexiones y que esta sea el lugar de encuentro de personas e ideas. Si ahora, por ejemplo, habláramos de El Prat del Llobregat, lo primero que pensaríamos es en un gran equipamiento con carácter de país, como es el aeropuerto, el cual funciona como uno de los principales Hub de la ciudad de Barcelona y su Área Metropolitana. En cambio, si habláramos en particular del barrio de Sant Cosme de El Prat, pensaríamos más bien en su origen obrero y en su conflictividad y lucha por el futuro con la que se hizo conocido en el pasado. Las ciudades necesitan una nueva mirada, más amplia y con carácter transformador. Por eso es interesante conocer y analizar proyectos como el de Fundesplai, situado en ese barrio, proyectado por Carles Ferrater y su equipo de arquitectura OAB, con quienes conversamos extendidamente en este número especial de iARQCO. Fundesplai es una entidad sin ánimo de lucro con un equipo de personas comprometidas e ilusionadas por hacer un mundo mejor. Se centran en la convivencia y la sostenibilidad desde hace más de 50 años, en una gran diversidad de ámbitos sociales y territoriales. Piensan en clave ecosistémica y quieren transformar la sociedad a través de sus acciones en el ámbito educativo, social y medioambiental. Eso lo llevan a término en red, pero con una base central como es el equipamiento de El Prat, un buen ejemplo de que lo que la marca inspira y persigue, debe reflejarse en su arquitectura, en los espacios exteriores e interiores, donde la mirada de las personas que los visitan o trabajan en ellos debe percibir la sensación de ilusión y futuro que comportan sus objetivos. Este modo de actuar, a su vez, está ayudando a transformar su entorno. No seamos árboles aislados, seamos bosques. TRIBUNA Miquel Àngel Julià Hierro, MAJH Concept Architect. Vicepresidente Retail Design Institute Spain Curator The Next y Director Miradas Transversales Asesor en Innovación en la Junta de la demarcación de Barcelona COAC Oriol Muntané, Joan-Lluís Zamora y Miquel Àngel Julià Hierro.
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