iARQCO_AQ26

ENTREVISTA 45 Habéis hecho edificios con programas muy diversos. Solo en Barcelona, un teatro, un aeropuerto o viviendas. Entiendo, por lo que has dicho hasta ahora, que el despacho no se especializa en una tipología, al contrario, es unamotivación adicional enfrentaros a retos desconocidos para vosotros. PB- No somos un médico especialista. Tenemos una visión de la arquitectura en la que consideramos que la función es algo que se puede aprender y de lo que se trata es de rodearnos de los mejores para cada función, para así absorber el conocimiento de lo que significa el edificio y poder potenciarlo y transformarlo en una visión propia. No somos arquitectos que vayan a hacer solamente viviendas, aeropuertos o lo que fuere. Nos interesa cambiar, no solo de tipología, sino también en el ámbito geográfico, tener una capacidad de adaptación constante, crónica, incluso enfermiza. Teatre Nacional de Catalunya, en Barcelona. Foto: Gregori Civera. Precisamente, desde el punto de vista geográfico, fuisteis uno de los primeros despachos en internacionalizarse, partiendo desde Barcelona. ¿Seguís este camino? PB- No es una decisión o una voluntad, el resultado de una estrategia. Sí, por definición estamos internacionalizados, pero porque no estamos construyendo nada en Barcelona ni en Cataluña o España. Tenemos la obligación de ir donde nos llaman y donde consideramos que tenemos una oportunidad de aportar algo. Si tenemos 170 personas que trabajan para el taller, más de 150 lo hacen desde fuera del país. En estos momentos, geográficamente, ¿hacia dónde os estáis moviendo más? PB- Tenemos la suerte de estar trabajando en países en transformación, que viven un momento con mucha efervescencia y mucha agitación, donde, como pasó en Barcelona con los Juegos Olímpicos, la arquitectura define el futuro y se considera que se vive hacia lo que vendrá y no hacia la recuperación de una nostalgia acabada. Estamos trabajando en pocos países, pero con muchos proyectos. Hemos ganado un proyecto de Universidad en Cotonú, la capital de Benín, algo apasionante, porque tenemos que trabajar con materiales nobles y pobres, como ladrillo, tierra batida, barro, bambú y otros tipos de madera, sin aire acondicionado, sin ascensores, tratando de reinventar una arquitectura humilde africana. Este es uno de los temas que más me interesan en la actualidad. En Marruecos estamos trabajando en dos campus universitarios, de unos 5.000 estudiantes, uno en Ben Guerir

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx