ARQUITECTURAS DEL MOVIMIENTO MODERNO La historia de la vivienda obrera puede trazarse a partir de las sucesivas políticas públicas y planes urbanísticos que pretendían dar solución a la escasez de viviendas. En 1853, pocos años antes del derribo de las murallas de la ciudad de Barcelona, el Ministerio de la Gobernación instaba al Ayuntamiento a construir viviendas para los ‘pobres’ en casas de ‘alquiler reducido’ de los ‘barrios extremos’ de la ciudad. En 1911, la Ley de Casas Baratas marca el inicio de la intervención directa del Estado en este ámbito. Sus resultados fueron escasos y centrados en los años de la dictadura de Primo de Rivera. Entre 1932 y 1933, durante la República, se construyó el conocido como Grup d'HabitatgedeTreball, unconjuntodepequeñas casas encargadas por la Generalitat de Cataluña. Durante las obras, se llevó a cabo un control exhaustivo de costes de materiales y mano de obra con la idea de que sirviese como prototipo para futuras actuaciones. También se ensayaron ideas desarrolladas en Centroeuropa en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial, en particular en la República de Weimar, vinculadas almovimientomoderno arquitectónico, como la Existenzminimum, lamínima dotación, digna y necesaria, para la vivienda obrera. De esta primera experiencia saldría la idea de construir la Casa Bloc, emblema de lo que sería la nueva vivienda obrera y obra principal del GATCPAC que firmarán Josep Lluís Sert, Joan Baptista Subirana y Josep Torres Clavé. El Presidente de la Generalitat, Francesc Macià, puso la primera piedra en 1933. En 1924, Le Corbusier presenta su plan para la Cité Radieuse [ciudad radiante] en el que imagina una ciudad ideal que dejaría atrás la insalubridad de las densas ciudades europeas. Edificios aislados y de gran La Casa Bloc se inspiraba en el plan para la Cité Radieuse de Le Corbusier. © José Hevia/Fundación DOCOMOMO Ibérico.
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