Imagen del diseño interior donde ‘lareira’, la chimenea típica gallega, ocupa el eje central de la estancia. Fotos: Héctor Santos-Díez. 32 PROYECTO La parcela tiene una extensión de aproximadamente 3 hectáreas y fue propiedad del terrateniente de la aldea. La ubicación es privilegiada, ya que disfruta de unas grandes vistas de la población de Arzúa en el horizonte. Ubicado en lo alto de una loma, a lo largo del terreno se cruza un arroyo protegido en el que los animales de la zona pueden ir a beber y en el que crecen grandes arboledas. Un ecosistema propio que, a su vez, suponía un gran reto arquitectónico. El exclusivo enclave fue pasando de generación en generación utilizándose como zona de cultivo y ganado. Originariamente, la edificación se dividía en dos zonas: el cuerpo principal era la vivienda y la planta baja servía de establo y lugar de descanso de los animales. Con el paso del tiempo, el abandono y la degradación, el estado de la estructura había quedado muy perjudicada.
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