37 rales y que generan tanto residuos como energía degradada, son responsables de no pocas dificultades y problemáticas ante las amenazas derivadas del cambio climático. El ritmo de desarrollo y urbanización actual complica aún más el escenario. También, por los motivos expuestos, tienen un impacto notable en la salud: de quienes los habitan y del propio medioambiente, y muy especialmente de los colectivos más vulnerables. No obstante, precisamente por ser aglutinadores de población y espacios de encuentro, relación e intercambio, deben ser también el ámbito en que buscar soluciones. En esta dirección, las ciudades y núcleos de escala intermedia ofrecen una oportunidad de enorme valor. En los términos en los que las define la cátedra homónima de la UNESCO, son entornos que, por su tamaño y naturaleza, ofrecen o pueden ofrecer facilidades para abordar algunos de los principales retos marcados por la Agenda Urbana Española, en materia de salud y bienestar, para favorecer la calidad de vida: proximidad y compacidad susceptibles de posibilitar la resolución de resolver necesidades elementales desplazándose a pie y en un tiempo razonable, renaturalización, amigabilidad (con los mayores, con los niños, con las personas con discapacidad), encuentro y socialización… También, y al mismo tiempo, disponen de potencial para erigirse en intermediadores, con posibilidad de ofrecer servicios y respuestas a algunas de las necesidades esenciales de áreas más pequeñas y núcleos rurales a este respecto. Adicionalmente, en un contexto como el que nos ocupa, donde como hemos hecho constar la perspectiva relacional y la capacidad de flexibilización y adaptación resultan críticas, los núcleos de escala intermedia pueden ser interesantes laboratorios de testeo, para analizar las dependencias y vínculos entre los tres vectores de salud y ofrecer respuestas consecuentes. El reto para quienes de una u otra manera trabajan en su desarrollo se convierte, por tanto, en potenciar ese triple valor: apelando a sus diferencias positivas en materia de salud y bienestar. Para ello, no solo se requiere de la imprescindible interdisciplinariedad, sino también de hacer frente al discurso dominante que, bajo premisas de bienestar vinculado al éxito personal percibido, que no siempre se cumplen, pone el protagonismo en las grandes ciudades fortaleciendo su capacidad tractora. ¿Cómo? Apostando por un enfoque propio; explorando y explotando la posibilidad que las escalas más contenidas de estos núcleos ofrecen, para conocer sus principales problemáticas desde una perspectiva amplia, de la totalidad del área objeto de trabajo y, particularmente, la de operar desde los matices y el detalle, estableciendo ajustes concretos que permitan adecuar y (re)articular el conjunto. También, poniendo en valor su función como charnela: en lo referente a la consolidación de redes de relación con otros núcleos y en lo concerniente a garantizar una provisión razonable de servicios básicos, para otros núcleos de carácter secundario a una escala más local. La relación entre la arquitectura, la ingeniería, la salud y el bienestar, que se materializa en este y en otros debates, son precisamente el objeto del Congreso Internacional Life Hábitat que, con carácter bienal y complementado por actividades anuales, organiza el Clúster AEICE de Hábitat Eficiente con apoyo de la Junta de Castilla y León. n Referencias 1. https://www.undp.org/es/sustainable-development-goals 2. https://eur-lex.europa.eu/ES/legal-content/summary/environment-andhealth-action-plan-2004-2010.html 3. https://www.sanidad.gob.es/ciudadanos/pesma/docs/241121_PESMA.pdf 4. http://www.ceut.udl.cat/es/catedra-unesco/
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