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56 ILUMINACIÓN hacemos es que esa pieza conductora detecta los cambios de frecuencia que emiten o reciben. Lo más interesante es que debajo de la maceta se puede regular la intensidad de ese sistema para activarla al tacto o a partir de un suave movimiento alrededor de la propia planta”, añade Vidarte. SIMBIOSIS CON LA NATURALEZA Pese al uso al que se destina la planta, que debe ser del tipo suculenta, como un aloe vera, por su gran durabilidad, con este sistema tecnológico el vegetal no sufre en ningún momento. Todo lo contrario, se consigue un efecto de simbiosis. Su cuidado es sencillo, regarla una vez por semana, como con cualquier planta, y en el caso que se requiera reemplazarla, sólo hay que cambiarla de maceta. Así de simple. Pero, además, el efecto de simbiosis se consigue gracia a la luz que emite la luminaria, que calienta muy poco, sólo lo justo para que las raíces reciban algo de calor, que, además, las estimula para que puedan crecer mejor. “Con esta tecnología y otras que estamos desarrollando en Bioo queremos ir un paso más allá. No sólo hacerla sostenible sino biotecnológica, que nos podamos comunicar con la propia naturaleza”. En este sentido, Bioo Lux es una luminaria ideal tanto para espacios interiores como exteriores, cuyo diseño moderno se adapta a cualquier proyecto de interiorismo. Sin embargo, Bioo nació de un sueño por generar electricidad de la propia naturaleza. Es decir, fusionar naturaleza y tecnologías, a través de soluciones que mejoren la calidad de vida actual. Como comenta el propio Pablo Vidarte, “no estaba previsto emplear estar tecnología en el hogar o en las ciudades sino en la agricultura. Lo que queríamos hacer era, por decirlo de alguna manera, hablar con las plantas. Es decir, en vez de analizar y calcular los parámetros necesarios para conocer el estado del terreno y las propias cosechas, queríamos ser capaces de conectarnos con la planta y que ella nos informara de las necesidades de humedad, fertilizante, luz…. No es una utopía, ya que es una de las líneas de investigación de Bioo. De hecho, mientras estábamos trabajando en este campo, empezamos a utilizar las ondas de las plantas y descubrimos la frecuencia por el tacto humano. Digamos que este interruptor biológico que hemos creado es como la primera versión”. Pero Bioo va más allá y, en paralelo, trabaja en el desarrollo de baterías biológicas que generan electricidad a través de la tierra. Para ello, sacan provecho de las sustancias orgánicas que hay en suelos naturales y se descomponen conmicroorganismos, para crear electrones libres y generar una corriente eléctrica. “Lo que queríamos hacer es que estas baterías se pudieran adaptar en medio de la naturaleza y que además se reforzaran. Al final hicimos un sistema que es el hotel perfecto para los microorganismos más ideales. El objetivo es, a partir de un sistema con un sustrato natural, reproducir el mayor número de los más electrófilos y electrogénicos hasta la generación de energía. En cuanto alcanzas esta generación ya es constante”, recuerda Pablo Vidarte, quien impulsó un equipo de investigación, hasta que se constituyó como empresa en 2015. Gracias al desarrollo de baterías biológicas, que se entierran en el subsuelo, se pueden activar puntos de luz en entornos urbanos como jardines o parques, pero también podría contribuir a sistemas de regadío. “Imagínate que en un camino en medio del bosque puedas tocar plantas y que se vaya iluminando en vez de estar contaminando de forma lumínica”, concluye Pablo Vidarte. Un sueño que va camino de ser una realidad. n Otra de las líneas de investigación de Bioo es el desarrollo de baterías biológicas, que pueden emplearse en la industria agrícola, pero también en el sector de la iluminación urbana

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