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ENTREVISTA 44 de racionalidad, ante lo que parecían supuestas barreras técnicas insalvables es posible encontrar alternativas y soluciones de tal modo que la calidad arquitectónica se mantenga y se cumplan las exigencias actuales del CTE. ¿Qué otros problemas son recurrentes? El más importante es salvar la 'pereza' de las administraciones. No encontraremos político al uso que no presuma de sus edificios modernos, pero cuando acudimos a los registros de edificios declarados BIC de las comunidades autónomas y preguntamos dónde están reconocidos los edificios del movimiento moderno, nos encontramos con que existen escasos registros y en pocas comunidades. Algunas, incluso, no quieren ni oír hablar del tema. Y cuando acudimos a los ayuntamientos nos ocurre algo parecido. Es decir, las dos administraciones que por legislación tienen adjudicada la responsabilidad frente al patrimonio plantean muy pocos ejemplos de labor continuada y sensible. Está claro que es algo que no se puede resolver de la noche a la mañana, pero se echan en falta estrategias responsables que definan horizontes claros. Para las administraciones públicas, el patrimonio sigue siendo una patata caliente, algo urgente pero no de fondo. Sin embargo, en la opinión pública el mensaje sí está calando. En emisoras de radio y medios generales estos edificios cada vez tienen más presencia y reconocimiento. Tal vez habría que pasar a una segunda etapa en la que, si de estos 2.419 edificios reconocidos algunos ya vuelven a estar en funcionamiento tras su rehabilitación, tendríamos una pequeña reserva de casos de éxito, donde promotores, administración y usuarios hayan visto satisfechos sus intereses, que sería interesante divulgar en un ‘win-win’ colectivo. Un termómetro significativo estupendo de esta tendencia es que algunas inmobiliarias ya están valorando la condición patrimonial de los edificios. Eso significa que, efectivamente, todos ganan: el edificio, la propiedad -sea pública o privada- y también la dimensión cultural de las personas, que descubrimos un mundo insospechado, porque no nos podíamos imaginar que, con el hormigón, el acero y el vidrio, se podrían lograr edificios tan deslumbrantes como los del pasado. Es una realidad. A veces, en estemundo de lomoderno también se produce una suerte de ‘talibanismo’ que hay que superar. Desde los años 60 hemos aprendido que se puede intervenir en los desde ópticas hemos aprendido con arquitectos como Carlo Scarpa, Sverre Fehn o Peter Zumthor que era posible intervenir imaginativamente en los edificios históricos; y yo planteo que esta imaginación, esta inventiva y esta reflexión tiene que producirse del mismo modo sobre los edificios modernos. Y digo esto porque hay opiniones muy severas en contra de este planteamiento. Este conservadurismo no lleva a buenos resultados. Está claro que en todos los ámbitos hay que hacer algunas concesiones a la actualidad y a la nueva tecnología en materiales y soluciones. El sector se va a encontrar con grandes retos, como el energético o el de la sostenibilidad. Unode ellos es volver a aprender cómo sehacían esos edificios de los años 50 y 60 del siglo XX para disponer demedios técnicos para rehabilitarlos. Por poner un ejemplo, últimamente busqué cómo rehabilitar un falso techo Staff. Prácticamente no encontré a nadie en Barcelona que supiera lo que era ni cómo se arreglaba, cuando eso era lo único que existía en los años 60. En la rehabilitación de la fábrica Van Nelle, en Rotterdam, uno de los temas delicados fue el de los vidrios. Cuando se construyó en los años 30, los vidrios eran muy elementales, casi cristalinas, vibraban de una determinada manera. En los años 90 se colocaron los vidrios de ese momento y se comprobó que no funcionaban igual, se había perdido con el cambio una ligereza y una atmósfera Se tuvo que hacer una investigación sobre vidrios para ver de qué modo se podía salvar aquella característica, inicial, porque era muy importante que aquellas grandes superficies vidriadas no perdieran la vida propia que tenían. Esto implica un desafío a la industria y a los técnicos para intentar responder a estas circunstancias, que van surgiendo a medida que se recorre el camino, como trampas que tratan de aprisionar y de dar razón a aquellos que defienden el conservadurismo. Volviendo un poco al principio, has comentado que la iniciativadel Docomomosurgióde laUniversidadTécnica de Delft, por lo que imagino que debe existir una red Docomomo europea e, incluso, mundial. Sí, nosotros somos Docomomo Ibérico porque se tuvo en aquel momento fundacional la feliz idea de unir el trabajo de Portugal y España. En Europa, todos los países tienen ya su propio Docomomo, y en Latinoamérica, desdeMéxico a Brasil, Argentina también hay numerosos grupos locales adheridos. Ahora están proliferando también enOriente. De hecho, existe la organización Docomomo Internacional, que agrupa todos los Docomomos territoriales y edita su propia revista, tuvo su sede hasta hace muy poco tuvo la sede en Lisboa. Ahora ha regresado de nuevo a Delft. El último congreso Docomomo fue en Japón, pero también se han celebrado muchos, en Corea, Lisboa o Ljubliana, por mencionar algunos. Este mes de septiembre se celebrará su 17ª edición en Valencia. Sí es cierto que ninguno funciona como Docomomo Ibérico, aquí vamos por el 12º Congreso, y lo promovemos cada dos años. Tenemos ya una buena cantidad de publicaciones y registros, y una nueva página web que invito a visitar (www.docomomoiberico.com).

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