33 negocio que interviene sobre un bien que es propiedad de un tercero al que se da por hecho que le interesa, o incluso que lo necesita”. • Dotar a las Comunidades de Vecinos de estructuras de acompañamiento a la rehabilitación independientes de los agentes económicos que intervienen en los procesos de rehabilitación. La realidad actual marcada por la crisis económica, la emergencia climática y la crisis energética, cuyos efectos comenzamos a ver en forma de menos recursos económicos en manos de las familias, fenómenos climáticos extremos y las propuestas de recortes al consumo de energía planteadas desde la Unión Europea, a través del Plan Europeo de Reducción de la Demanda de Gas, deberían aprovecharse como palancas para dotar al proceso de transformación de los edificios de esa necesaria dimensión de propósito social compartido en el que todos los ciudadanos estamos llamados a jugar un papel determinante. Para ello resulta necesaria una mayor consistencia en las actuaciones de las diferentes administraciones públicas y una comunicación decidida y eficaz hacia la ciudadanía. La publicación de los Programas de Ayudas a la rehabilitación de los edificios derivados de los Fondos de Recuperación, Transformación y Resiliencia son instrumentos imprescindibles y de indudable potencial, para el impulso del proceso de rehabilitación, pero no será suficiente si no van acompañados de actuaciones de acompañamiento a los ciudadanos que, por el momento, no se ven suficientemente desarrolladas. Por otra parte, el evidente interés en la ejecución de estos fondos, no debe hacer olvidar los compromisos de despliegue del conjunto de las medidas incorporadas en la Estrategia a Largo Plazo para la Rehabilitación Energética del Sector de la Edificación en España y la necesidad de la realización de un seguimiento, evaluación y rendición de cuentas de los resultados de su implementación que, dos años después de su publicación, debería presentar ya resultados concretos al menos en sus principales indicadores de progreso. Por otraparte, en los últimos años, hemos dedicado numerosos recursos y esfuerzos a definir estrategias, a dialogar entre expertos, a identificar barreras estructurales e instrumentales y a sentar las bases, para desarrollar un sector capaz de acometer estas transformaciones. Y hemos habladomucho demercados, de modelos de negocio, de oferta y de demanda, de financiación, pero tal vez hemos olvidado formular de manera conjunta ese propósito social común de la rehabilitación que nos permita construir un relato ilusionante, a partir del entendendimiento de los ciudadanos no como destinatarios últimos de la actividad de rehabilitación, sino como los principales agentes protagonistas de la activación del proceso. El diálogo mantenido no ha sido ni muchomenos estéril y fruto del trabajo de los diferentes agentes se han ido removiendo las principales barreras que habían sido identificadas. Hoy, aceptando todos los matices que queramos plantear, creo que se puede afirmar que la rehabilitación de los edificios no es ya un problema para el que no haya suficientes soluciones técnicas, empresariales, financieras e incluso fiscales. Sin embargo, el contraste con los ciudadanos y testar su percepción, actitud y el grado de conocimiento e interés frente a los procesos de rehabilitación, no de viviendas sino de sus viviendas, es una tarea de resultados variables que debe ser permanente y a la que nos hemos acercado desde el proyecto AÚNA aprovechando la experiencia y el liderazgo de Ecooo en procesos de participación social. En este momento preciso, resulta más importante que nunca conocer y tener en cuenta en quémedida están alineados los intereses de los ciudadanos con los del resto de los agentes que participan en el proceso de rehabilitación de edificios y de manera particular los residenciales. Y las conclusiones no son especialmente alentadoras. No va a ser tarea fácil alcanzar los ambiciosos objetivos que tiene planteado nuestro país en materia de rehabilitación integral de edificios, a no ser que se tengan en adecuada consideración las dinámicas propias y particulares del funcionamiento de las Comunidades de Vecinos. En España, en general, apenas se rehabilita (así lo confirman las estadísticas oficiales). Las actuaciones de rehabilitación integral de edificios suponen un porcentaje mínimo frente a las obras de conservación, mantenimiento correctivo y accesibilidad que realizan, para atender problemas graves que requieren intervenciones inmediatas o actuaciones en respuesta a las deficiencias señaladas en la Inspección Técnica de Edificios. Estas obras se costean en base a derramas y se llevan a cabo bajo la lógica de la inmediatez y el mínimo coste. No hay por lo tanto una cultura de extender las actuaciones inmediatas a intervenciones con mayor alcance, que contemplen los elementos comunes del edificio. Sí se realizan, no obstante, numerosas intervenciones de menor entidad y alcance individual (cambios de ventanas y/o de sistemas de calefacción principalmente) que no son percibidas como rehabilitación energética, pero que tienen una repercusión relevante en la reducción de consumos y emisiones del parque edificado. Apostar por la rehabilitación puede contribuir a mejorar la calidad de vida en las viviendas actuales.
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