ENTREVISTA 51 al ámbito catalán, orientado a reconocer nuestras inquietudes y, a una escala menor, poder afinar más nuestra normativa según nuestras necesidades. De ahí surgió la promoción del evento bianual Acusticat. ¿Por qué esta organización temática de Acusticat en forma de retos y dilemas? Teníamos el referente de los congresos a los que íbamos asistiendo, que consistían en sesiones magistrales protagonizadas por grandes expertos, en las que no había opción a trabajar los temas desde más de un punto de vista. En nuestro caso, nos interesaba más que Acusticat fuera un marco donde debatir problemas, retos, sacar dilemas a la luz y, entre todos de forma más colaborativa, buscar soluciones y respuestas. Tras la idea de no optar por clases magistrales, había la voluntad de establecer marcos de cooperación y creo personalmente que ya estamos consiguiendo que esta manera de trabajar sea plenamente productiva. ¿Qué futuro le espera a la disciplina acústica en Europa los próximos años? Hay muchas disciplinas involucradas en la acústica. Si tomamos la arquitectura como referencia, existen diversos códigos técnicos desplegados en toda Europa donde ya se registra la importancia de la acústica. Si hacemos comparativas entre los diferentes países, el Código Técnico de la Edificación (CTE) actualmente es uno de los menos exigentes en cuanto a aislamiento acústico. Al igual que la etiqueta energética, que ya hace tiempo que está implantada, se prevé que, a medio plazo, se extienda la demanda de una etiqueta acústica en la edificación, que será una información importante sobre la calidad y el confort acústico en los edificios. Asimismo, a largo plazo se habla también de otros posibles cambios de los parámetros acústicos de evaluación, del aislamiento acústico. La normativa 'UNE 74201:2021. Acústica' ya establece una escala de la clasificación acústica de los edificios. Sin embargo, el interés por la eficiencia energética parece actualmente tener más peso que el confort acústico en las estrategias de nueva construcción y en la rehabilitación. ¿Es esta una percepción real? ¿Cómo se puede incentivar la mejora acústica de los edificios? El problema de esta normativa es que tiene unos límites cuantitativos fijados por el CTE, que ya está pensado para proteger la salud de los habitantes y usuarios de un edificio. Esta clasificación aporta unas categorías que están por encima de los valores mínimos del CTE y otras categorías que están por debajo, pensadas para el ámbito de la rehabilitación. Intentar clasificar pluses sobre el mínimo que marca el CTE no siempre es lo más apropiado. La clasificación podría seguir una comparativa similar a la adoptada por las estrellas de calidad en el mundo de la restauración alimentaria. Si quiero disfrutar de un estándar de confort acústico determinado, sé que pagando un plus puedo conseguirlo. En cambio, si nos fijamos en los índices fijados actualmente por la ley, éstos parecen mucho menos ambiciosos; por ejemplo, la clase A que se plantea ahora en España sería similar a las exigencias mínimas del código acústico alemán. Es decir, alguien de Alemania que estuviera en un edificio clasificado clase A en acústica en España, tendría el mínimo exigido en Alemania. Nos encontramos pues con el debate de si sería necesario solicitar más exigencia a una clase A. Y este es uno de los dilemas que hemos tratado en el Acusticat. Una de las sesiones del congreso Acusticat 2022, celebrado los días 25 y 26 de abril en Granollers, Barcelona.
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