AP3 - Aquapres
RIESGOS HIDROLÓGICOS 60 Como se ve en las imágenes anexas, la elección del periodo de retorno condiciona mucho los resultados, por lo que es conveniente fijar los periodos que es necesario estudiar antes del comienzo del estudio (en base a la normativa, pero también en base a la lógica) y contextualizar los resultados obtenidos. Por ejemplo, si una infraestructura no es crítica y su vida útil va a ser de 10-15 años, no tiene sentido analizar los resultados en base a un periodo de retorno de 500 ó 1.000 años. Analizando la normativa española, la Ley de Aguas y el Reglamento del Dominio Público Hidráulico (DPH) marca un periodo de retorno de 100 años para determinar la peligrosidad de la inundación y la zona de flujo prefe- rente. En cuanto al DPH, se determina en función del contorno inundado para la Máxima Crecida Ordinaria, que se puede establecer en un periodo de retorno de 10 años. Además, las normativas propias de las adminis- traciones competentes en materia de aguas suelen marcar un periodo de retorno de 500 años, con el objetivo de minimizar los riesgos hidrológicos en nuevos desarrollos. Puntualizando para plantas fotovol- taicas, es recomendable caracterizar también la inundación esperable para un periodo de retorno T=25 años, ya que coincide con el periodo de dimensionamiento del drenaje y, por tanto, puede aportar información útil para su diseño. No obstante, es recomendable respetar siempre los contornos de inundación para T=100 años, aunque contextualizando un poco en función de los usos que se vayan a proyectar. Por ejemplo, los paneles solares se colocan elevados con respecto al terreno, por lo que una lámina de inundación de 20-25 cm con una velocidad baja (menos de 0.5-1.0 m/s) puede ser compatible con su colocación. De igual forma, los inversores y transformadores pueden colocarse en plataformas elevadas, siempre que las velocidades del flujo sean bajas y no produzcan erosión. En cambio, una subestación eléctrica es mucho más susceptible a estos cala- dos, aunque la velocidad sea nula, por lo que es mucho más recomendable situarla fuera de los límites de la inun- dación esperable para T=500 años. De igual manera, es necesario con- textualizar el dimensionamiento del drenaje con el tipo de infraestructura que se esté proyectando y elegir correctamente el periodo de retorno para dimensionar sus elementos. En infraestructuras lineales, como carre- teras o líneas de ferrocarril, el drenaje cobra especial importancia: el longi- tudinal protege la plataforma de la infraestructura y el transversal permite la continuidad del flujo. No obstante, en infraestructuras abiertas como pueden ser las plantas fotovoltaicas es necesario aplicar el sentido común, pese a alejarnos de las recomendacio- nes de las guías técnicas (usualmente diseñadas para carreteras). Particularizando para el caso de las plan- tas fotovoltaicas, una de las primeras consideraciones que es necesario tener en cuenta es que el agua siempre tiende a buscar su camino natural, por lo que los grandes movimientos de tierras que tapan cauces generan problemas de erosión y estabilidad en un futuro. Esto hace que las cunetas perime- trales sean poco eficientes cuando existen flujos concentrados. Además, la configuración de las plantas hace que sean compatibles con pequeñas escorrentías superficiales, por lo que las cunetas perimetrales que evitan la entrada de escorrentía en la parcela son poco adecuadas. Por tanto, es muchomás adecuado identificar estos riegos previamente a la construcción de la planta y diseñar la implantación en base a criterios de seguridad, permi- Ejemplos de distribución de calados en plantas fotovoltaicas (contorno rojo) situadas en Murcia y Portugal. Resultados para T=25 años a la izquierda y T=500 años a la derecha. Como resultado de la caracterización hidrológica y la posterior simulación hidráulica es posible obtener la inundabilidad esperable en un área para distintos periodos de retorno
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