economía verde y desarrollo sos- tenible, al estar aprobadas por la ONU (Programa 21, Capitulo 34) como tecnologías ecológicamente racionales y ambientalmente soste- nibles que ofrecen un rendimiento medioambientalmente mejorado en comparación con las tecnolo- gías tradicionales que implican la molesta apertura de zanjas en las ciudades. Garantizan el compromiso con la sociedad al evitar ruido, polvo, escombros, materiales de relleno, o roturas del pavimento. Ayudan a las ciudades a convertirse en Smart ya que minimizan los perjuicios al ciudadano de a pie, los comercios y a la movilidad urbana. Su empleo reduce hasta el 25% los costes eco- nómicos de la obra frente al empleo de las tecnologías tradicionales, disminuyen un 30% la duración de la obra, facilitan la elaboración de los proyectos, y reducen en un 20% las emisiones de CO2, los cos- tes sociales y ambientales en un 80%, así como los accidentes en un 70%, contribuyendo de ese modo a la conservación del planeta y a la consecución de los Objetivos De Desarrollo Sostenible, jugando un importante papel en el nuevo marco de la Economía Circular, pues con la aplicación de las Tecnologías Sin Zanja reducimos el consumo de materias primas, agua y energía, así como la producción de residuos. Entre las ventajas de las Tecnologías Sin Zanja frente a los procedimientos convencionales, quiero destacar dos que las hacen excepcionales: 1. Reducen significativamente los costes sociales 2. Son un factor clave en la lucha con- tra el cambio climático Entonces, ¿por qué son poco utilizadas en España? Por falta de conocimiento, se necesita un impulso decidido de los gestores del agua para impulsar su utilización. En España, agrupadas en la Ibstt, existen empresas con sobrada capacidad técnica para desarrollar el sector. Como ya he dicho en alguna otra ocasión, las barreras para hacerlo no son tecnológicas - la tecnología existe y está en continua evolución-, tampoco son económicos - los pre- cios son más económicos sin siquiera tener en cuenta los costes colaterales de la apertura de zanja-, tampoco de formación ni capacitación -hay dispo- nibilidad de programas formativos y profesionalización- sino políticas y sociales; de comportamiento, "de toma de decisiones”. En 2050 el 70 por ciento de la población mundial vivirá en una ciudad. De este total, aproximada- mente la mitad de los habitantes del mundo residirán en ciudades de entre 100.000 y 500.000 habitantes, y al menos un 10% de la población mundial lo hará en las denominadas megaciudades. No cabe ninguna duda que éste es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos. Para gestionar esta explosión urbana de una manera sostenible y asegurando la calidad de vida de los ciudadanos es total- mente necesario extender el uso de las Nuevas Tecnologías Sostenibles, y entre ellas las Tecnologías Sin Zanja a la hora de instalar y mantener sus infraestructuras en el subsuelo, tal y como ocurre en el resto de países. Es el primer reto de la Ibstt, conven- cer a los titulares de servicios públicos, reguladores y a las administraciones que solo pueden cumplir con los objetivos que han sido impuestos por nuestra sociedad desde hoy mismo, si empiezan a apostar de una manera clara y decidida por el uso de nuevas tecnologías, para lograr un marco análogo a otras geografías equiparables a España donde el uso de lo que aquí llamamos tecnologías tradicionales está sistemáticamente vedado, pudiendo emplearse solo en casos adecuadamente justificados. Es España ocurre justamente lo contrario. En nuestra opinión la excepción española reside en el trinomio: nor- malización-formación-comunicación, que la nueva Junta Directiva que pre- sido tiene el claro convencimiento de que va a ser capaz de resolver. Algunas de las ideas-fuerza que queremos transmitir son las de los beneficios sociales que genera la uti- lización de las Tecnologías Sin Zanja: • Medioambientales: los trabajos sin zanja minimizan las molestias de obra (contaminación, ruido, polvo, bloqueo de circulación, derroche de materiales nobles...). • Sociales: supresión de las afeccio- nes a los comerciantes; reducción de molestias por pérdidas de tiempo, estrechamiento de calza- das, etc. • Económicas: reducción de costes directos e indirectos por reposición de servicios afectados, costes evitados en contaminación, embo- tellamientos, pérdidas de ventas de comercios, etc. • Plazos: reducción de los plazos de implantación y puesta en servicio. • Administrativas: no requieren licencia de obras en la vía pública para la apertura y cierre de zanja para la ejecución de redes subte- rráneas. Lo que agiliza y ahorra el tiempo de inicio, ejecución y fina- lización de la obra. Hoy nos encontramos en un momento muy importante para nuestro sector, momento en el que se va a marcar el camino de las próximas dos décadas, que asumimos con responsabilidad y con el convencimiento de que logra- remos alcanzar satisfactoriamente nuestros retos. 61 Opinión