El agua en los planes para el desarrollo sostenible Antolín Aldonza, portavoz de la Asociación Española de Tecnologías del Agua (Asagua) El agua es transversal con respecto a las actividades humanas, pero eso no le hace perder su propia identidad, que la tiene. El agua es única, solo se diferencia por su calidad, sobre la que se puede actuar para darle las características que cada uso requiere. Y es que no existe un agua de consumo, de riego, para la industria, para el ocio; solo agua que necesita ser tratada en fun- ción del uso que se le pretenda dar. Cada cual defiende el agua de su par- cela, unos porque tienen bastante y otros porque no tienen suficiente, olvidando que todos forman parte de España y que a ésta en su con- junto le irá bien el día en que, hecho con objetividad el balance hídrico, se reparta de acuerdo con lo esta- blecido en un pacto nacional, que deberá estar presidido por la solida- ridad, olvidando posturas sectarias que a nadie benefician. Nadie puede negar la existencia del cambio climático, aunque es verdad que hay distintas concepciones, por eso es necesario resaltar que en, su mayor parte, se debe a la mala uti- lización que el hombre hace de la naturaleza. Es un reto que hay que afrontar sin partidismos, con altura de miras, observándolo en su globalidad y emprendiendo las acciones que resulten necesarias; acciones que sin duda tendrán un coste político y que ineludiblemente desembocarán en las actuaciones que se desprendan de los progresos de las investiga- ciones, de las cuales no son parte desdeñable las infraestructuras. En el desarrollo de estas labores se han de tener en cuenta los distintos agen- tes sociales, cuyo actuar, para llegar a un buen fin, ha de estar también presidido por la solidaridad. La realidad es terca y se impone sobre las nudas buenas intenciones. Todavía tenemos poblaciones sin abastecimiento o mal abastecidas y sin depuración de aguas residuales, así como muchos kilómetros de las redes de abastecimiento y depura- ción en mal estado. Esto no debería ser así, pero los hechos están ahí y a través de ellos se hacen patentes los incumplimientos de España frente a las exigencias de la Unión Europea fundadas en la Directiva Marco del Agua. Las denuncias sobre esta situa- ción llegaron a Europa, se iniciaron los procedimientos por incumplimiento y aparecieron las sanciones de la mano de la primera sentencia por no depu- rar las aguas residuales -22 millones de euros al año, más un primer pago de 12 millones-, a la que se sumarán otras cuatro que acarrearán nuevas multas. Sin embargo, se hace muy poco para evitar los incumplimientos, lo que supone seguir pagando en vez de aplicar el dinero de las sanciones a construir nuevas depuradoras y, lo que es peor, se continúa dañando el medio ambiente y atentando contra la salud de las personas y el estado del bienestar. ¿Es esta la forma de luchar contra el cambio climático? No es posible seguir discutiendo y haciendo planes que no se cum- plen. Hay que lograr el Plan del que formarán parte ineludible las infraes- tructuras y el fomento de la I+D+i, para lo cual es necesario reactivar la inversión, pues no hay que olvidar que ambas la requieren y son comple- mentarias por cuanto la construcción reactiva la I+D+i y esta a su vez le impone condiciones a aquella para el mejor resultado, que en el caso del ciclo urbano del agua debe suponer calidad, ahorro y eficiencia energética. 26 Opinión