iFood&Drinks_AL76

PRODUCCIÓN 39 encarnizada en la búsqueda de aceituna, que ha elevado aún más la competitividad entre cada uno de estos y que en ocasiones ha salpicado de forma colateral a las entamadoras, limitando su producción de aceituna de mesa. Dicho entorno de exceso competitivo, del mismo modo ha contribuido a reducir los beneficios de este eslabón, provocando en muchos casos resultados económicos negativos. De acuerdo con la cadena, el eslabón siguiente es el envasador, un segmento especialmente necesario, cuya labor es fundamental, pues pone a disposición del lineal el aceite de oliva producido en origen y que, debido a los acuerdos a largo plazo con la distribución, unido a la limitación en la cantidad de dinero e incremento de los precios en origen, está dificultando su labor y, en la mayor parte de los casos, deteriorando su situación económico financiera, especialmente en el ámbito de la marca del distribuidor y compañías no integradas verticalmente. La distribución es un negocio que se basa en el volumen, por lo tanto, si unimos la falta de disposición de producto, a un incremento de precios no lineal, es decir, mientras en origen las cotizaciones se incrementan en un momento determinado, los envasadores absorben este incremento y lo transmiten a la distribución más tarde, siendo dicho incremento absorbido, temporalmente, por el eslabón anterior y por este, lo que ha llevado a este segmento, cuanto menos, a un deterioro, igualmente, de su cuenta de resultados. En cuanto al usuario final, tampoco se encuentra satisfecho, pues realmente no entiende cómo en tres años se ha multiplicado por tres el precio de un producto, sospechando que los eslabones previos están viendo multiplicada su renta neta, cuando realmente en la mayor parte de los casos, por el efecto volumen, ninguno de los operadores, para cada uno de los segmentos, ha visto positivamente remuneradas su iniciativas y emprendimientos, dejando a todo el sector en una situación económica delicada, que se vería aún más deteriorada, de no cambiar la climatología mejorando las expectativas futuras de cosecha, y continuar el descenso gradual de consumo de aceites de oliva por parte del consumidor final por el efecto precio. ¿Cómo está afectando esta tendencia de precios a la iniciativa de plantar explotaciones de olivo? Hay una serie de circunstancias que están llevando a agricultores, family office y fondos a plantar olivar, por razones fundamentales, el primero de ellos es el precio, aunque quien plante ahora irá contra ciclo; pero hay más razones, posiblemente el olivo es, junto con la vid, el sector más desarrollado en sus eslabones, es decir, varietalmente, aunque hay mucho por hacer el manejo en seto está perfeccionado con variedades como arbequina y arbosana. También, este modo de cultivo es una realidad patente, en el ámbito de la recolección, recordemos que en la Unión Europea (UE) tan solo el 5% de la población activa se ubica en el sector primario, cuenta con soluciones avanzadas, eficientes, y de aplicación plena, y para concluir, la industria cuenta con tecnología suficiente para extraer aceites de calidad y en cantidad razonable, ello no sucede en el ámbito de otros leñosos, estos son los motivos para que en la actualidad la superficie de olivar no cese en su expansión. ¿Qué es la meteoropatía y cómo se manifiesta? Evitarlo es imposible y, además, hemos de recordar que, aunque siempre tienen efectos negativos, también tienen efectos positivos. Por ejemplo, la situación actual es negativa por la falta de producción en la olivicultura en general, pero aquellos que hayan tenido cosecha sí que están disfrutando de precios inéditos por lo alto de los mismos, y ello se está dejando ver en la renta neta de esta minoría, que sí que existe. Luego los efectos de la meteorosensibilidad podrían resultar ser, a veces, una oportunidad. Para prevenirlo lo ideal es, en primer lugar, estar especialmente informado, y muy atento a los potenciales cambios climatológicos inesperados y haber previsto desde el punto de vista preventivo, (tratamientos de prevención térmica, nutrientes que se adapten a las lluvias anómalas, protectores para bajas y altas temperaturas, variedades adecuadas a nuestro entorno, etc.). La innovación es fundamental y la información suministrada por drones, elementos de medición (como sondas de temperatura, de humedad, etc.) y satélites es fundamental para poder interpretarla y establecer medidas para protegernos en situaciones provocadas por la meteorosensibilidad. Y, por otro lado, la investigación en la creación de nuevas variedades y estudio de otras ya existentes que se adaptan más al entorno, necesitando menor dotación de agua, enverando en el momento adecuado, siendo más resistentes a las heladas y a situaciones extremas de calor y que florezcan de forma previa o más tardía, en función de los efectos de la meteoropatía, resultaría fundamental para nuestra agricultura. En definitiva, la expresión agricultura de precisión, sostenible e innovadora, es la forma más correcta y adecuada de poder posibilitar que la meteorosensibilidad nos afecte de la forma menor posible y que si lo hace, sea de forma positiva.

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