52 PACKAGING Desarrollan resinas con desechos de tomate para recubrir el interior de latas y envases de alimentos Un equipo internacional de investigadores liderados por expertos del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora (CSIC-Universidad de Málaga) ha convertido subproductos de tomate en una laca biodegradable que actúa como cobertura interna de latas de conservas. Esta resina repele mejor el agua y se adhiere con mayor firmeza al metal que las que contienen bifenol A, más conocido como BPA, un compuesto químico presente en muchos productos de consumo diario y perjudicial para la salud. Un equipo internacional de expertos, dirigidos por investigadores del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora (IHSM-CSICUMA), en Málaga, y el Instituto de Ciencias Materiales de Sevilla (ICMSCSIC-US), ubicado en el Parque Científico Tecnológico Cartuja de Sevilla, ha desarrollado resinas de orujo de tomate para recubrir la parte interior de envases metálicos de alimentos, latas de conservas y bebidas, entre otros. Para ello, han reutilizado los subproductos que se producen después de procesar el tomate para hacer gazpachos, salsas o zumos y que está formado por semillas, pieles y pequeños restos de ramas. Hoy día, el orujo de tomate se elimina como residuo sólido, se quema, o, en una pequeña proporción, se destina para alimentación animal por su bajo valor nutricional. Entre sus principales características, esta resina biológica e inocua para el medio ambiente, procedente de los residuos del tomate, repele el agua, Resina expuesta sobre latas de conservas y otros envases. Foto: Isabel Díaz.
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