AL73 - iFood & Drinks

51 PRODUCCIÓN formación de aerosol (nube o nebulización). En muchos casos, esto significa que es necesario proteger el módulo de pulverización e instalar complejos y costosos sistemas de extracción. La cantidad de pérdidas de material, los costes de limpieza y mantenimiento y la inevitable contaminación del entorno de la instalación, así como los efectos negativos sobre la salud de los empleados, resultan dudosos (y contraproducentes) cuando se trata del rendimiento global de estas instalaciones. ATOMIZACIÓN SIN AIRE COMPRIMIDO Es por eso por lo que Lechler ha desarrollado una nueva solución, los sistemas de válvulas de boquillas VarioSpray HP y VarioSpray II. Ambas son boquillas de un solo fluido, que no requieren aire comprimido. Pueden atomizar de forma fiable volúmenes muy pequeños incluso con líquidos de mayor viscosidad (hasta 75 mPas). Esto se consigue técnicamente mediante el método de modulación por ancho de pulsos. Se trata de variar los tiempos de encendido y apagado de una señal sin modificar la frecuencia. El caudal viene determinado por la relación de anchura de impulsos, por tanto, es independiente de la presión y permite obtener ángulos de pulverización constantes y tamaños de gota uniformes. Los parámetros relevantes para la calidad permanecen constantes durante todo el proceso, asegurando la robustez del proceso. Estas boquillas se utilizan en una amplia gama de aplicaciones dentro de la industria alimentaria mayoritariamente, y en el sector químico y farmacéutico, como coatings o recubrimientos. Un ejemplo es la humectación homogénea de productos en una cinta transportadora (masas de pan o bollería, carne, pescado, etc.), donde los productos u objetos que se transportan sobre una cinta a diferentes velocidades pueden humedecerse de forma muy precisa con la cantidad deseada de fluido de atomización. La frecuencia de apertura-cierre de la válvula es muy amplia, hasta 200 Hz, y el caudal se puede ajustar en una relación 29:1. Todo esto permite una producción rápida y eficaz con tiempos mínimos de conversión y cambio de producto. Los caudales optimizados y la omisión de costosos sistemas de aire comprimido ahorran material y dinero, al tiempo que aumentan la rentabilidad de las instalaciones. Además de los costes de pérdida de fluido, se ahorran los costes de limpieza de la instalación y los costes de funcionamiento de los equipos de extracción.

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