Entre ellas, Aranda destaca: • Garantizar la máxima trazabilidad logística y control de inventario para la rápida identificación de posibles anomalías o irregularidades que se pudieran producir, además de reducir al máximo el tiempo de almacenaje de los productos. • Exigente control de calidad para una correcta conservación de los productos que hace necesaria la instalación de procedimientos y zonas especiales en los almacenes. • Especial cuidado en el almacenamiento y transporte de productos en condiciones especiales para mantener la cadena de frío que requieren. • Plazos de entrega ajustados, puesto que hay ciertos alimentos que tienen un alto valor y requieren entregas urgentes, por lo que es fundamental lograr la máxima precisión en el transporte. • Información en tiempo real compartida entre todos los agentes que intervienen en la logística agroalimentaria para evitar futuros problemas de suministro. • Formación específica de quien manipula la carga para que tenga en cuenta la importancia de mantener la seguridad, la temperatura y otras cuestiones fundamentales en esta logística especializada. Aranda, hace especial hincapié en la trazabilidad a través de herramientas novedosas como las etiquetas RFID (que identifican cada artículo individualmente mediante radiofrecuencia). Para capturar estos datos se han incorporado instrumentos como lectores especiales y, para procesarlos posteriormente, softwares específicos, como sistemas de gestión empresarial (ERP), sistemas de gestión de almacén (WMS) o sistemas de gestión de flotas (TMS). Además, a estos sistemas se añaden algunos aún más novedosos para conocer no sólo por dónde pasa y está la mercancía, sino también su estado, mediante la tecnología IoT (Internet Of Things). “Es muy importante integrar la internacionalización en el ADN de nuestras empresas, dentro y fuera del sector agro”, señala Aranda, “para que no sólo sea una alternativa desesperada cuando se produce una debilidad en la demanda interna. El principal motivo de que las empresas se lancen al exterior no debería ser mayoritariamente el hecho de que restrinja el mercado local, sino que la internacionalización debe convertirse siempre en una opción a desarrollar también cuando las circunstancias locales son favorables para minimizar riesgos, y es importante que la agroalimentación sepa que cuenta con un sector logístico muy potente e innovador que le ayuda en la apertura de los mercados internacionales”. En este sentido, el presidente de UNO Logística subraya que España tiene una “magnífica posición geoestratégica para convertirse en un gran hub exportador intercontinental para la industria agroalimentaria”. Para llegar a colocarse en esa posición de privilegio, el representante de la logística indica que “habría que incrementar la agilidad de nuestros procesos aduaneros, mejorar nuestra intermodalidad y aumentar la penetración del modo ferrocarril”. Al mismo tiempo, UNO incide en la importante transformación digital que están acometiendo las empresas de logística, concretando las principales herramientas que utiliza ya la logística agroalimentaria: • IoT y trazabilidad avanzada: Los dispositivos IoT y los sistemas de trazabilidad tienen unas posibilidades enormes: desde el mantenimiento preventivo y la monitorización de flotas a la gestión de la cadena de frío o el control del stock. Gracias a estas tecnologías, imprescindibles cuando hablamos de la logística agroalimentaria, es posible tener control total y en tiempo real de la cadena de suministro. • Big data analytics: el análisis masivo de datos tiene innumerables ventajas para el correcto funcionamiento de la cadena de suministro, permitiendo reducir costes, optimizar recursos, ganar eficiencia, minimizar el impacto ambiental o gestionar mejor la previsión de la demanda. • Inteligencia artificial y machine learning: ayudan a mejorar el dimensionamiento y la distribución de los almacenes y del stock, optimizar automáticamente las rutas o mejorar la información al usuario final (chatbots, canales de Whatsapp, etc.).n 69 LOGISTICA
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