AL67 - Tecnología y productos para la industria alimentaria

78 SMART FOOD venientes del reino vegetal, por lo que aseguraremos una ingesta suficiente si tomamos cantidades elevadas de frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales”, afirma la experta del ICTAN. SUPERALIMENTOS DÉTOX QUE PUEDEN INTOXICAR Otro de los grandes protagonistas de estos ‘superhéroes’ de la nutrición son los productos détox. La cuestión es que “nuestro cuerpo ya dispone de potentes sistemas detoxificantes como son el hígado, los riñones, los pulmones y la piel. Muchos de los alimentos promovidos bajo esta etiqueta solamente tienen buenos perfiles nutricionales y son aptos para incluir en una dieta saludable, pero no van a desintoxicarnos”, aclara Jara Pérez. Más bien al contrario. En el caso de los batidos verdes, preparados a base de grandes cantidades de verduras como las espinacas o las acelgas que algunos gurús aconsejan tomar hasta un litro al día, pueden convertirse en un producto perjudicial. “Este tipo de verduras de hoja verde son ricas en ácido oxálico y calcio. La unión de ambos compuestos genera oxalatos, que forman lo que conocemos como piedras en el riñón. De hecho, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) identificó en 2016 los niveles de ácido oxálico en los batidos verdes como un riesgo alimentario emergente. SUPERCEREALES, SUPEREDULCORANTES Y SAL ‘BUENA’ Los cereales también tienen su hueco en este mundo. Espelta, kamut, tritordeum o trigo sarraceno llenan los carteles de nuestras panaderías, pero, una vez más, no hay que dejarse cegar por lo exótico, ni pensar que lo que sensorialmente nos resulta más agradable, puede ser más saludable. En ese sentido, la autora recomienda que en la etiqueta del pan que consumimos aparezca, simplemente, integral. “La normativa actual señala que, para que un pan reciba esa denominación, tiene que haberse elaborado íntegramente con harina integral, o en caso contrario, la cantidad empleada ha de estar indicada expresamente”, explica Jara. Algo similar pasa con los edulcorantes. Panela, sirope de arce o azúcar moreno se anuncian comomás saludables, pero en todos los casos estamos hablando de productos que contienen entre un 70 y un 95% de azúcar, de modo que “la idea que debemos fijar es que hay que bajar la ingesta de azúcares libres en nuestra dieta, independientemente de su presentación. No se trata de tomar tres bizcochos a la semana elaborados con azúcar moreno, porque así resultan más saludables, sino de consumirlos esporádicamente y elegir el edulcorante que más nos guste”. La sal es otro los productos cuyo consumo debemos reducir, pero de nuevo aparece una alternativa prometedora: la sal rosa del Himalaya. Para empezar, proviene de la segundamayor mina de sal del mundo, en Pakistán, nada más lejos de un bucólico paraje. Quienes la defienden dicen que es mejor que la común porque es rica en minerales, pero, una vez más, las cantidades importan. Según argumenta la autora, deberíamos consumir de 50 a 600 gramos de sal rosa para ingerir los mismos minerales que nos aportan alimentos saludables tan comunes como las sardinas en aceite, las judías blancas o los pistachos. La investigadora también llama la atención sobre los complementos alimenticios, que más allá de tener etiquetados dudosos, pueden resultar peligrosos. De hecho, se han convertido en un clásico en la lista de riesgos alimentarios emergentes que cada año publica la EFSA. Estos productos se venden como “naturales”, pero no Las bayas de goji contienen cantidades similares de polifenoles a frutas tan comunes como la ciruela.

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