ECONOMÍA CIRCULAR Taller infantil. 69 por lo que se hacía necesario llevar a cabo una adecuada justificación de los objetivos establecidos, la cual no queda reflejada ni en la norma ni en su memoria. Es poco conocido que la cantidad generada de residuos municipales es de 22 millones de toneladas con un pobre índice de reciclado del 34% (uno de los peores de Europa) y, sin embargo, los residuos de envases plásticos domésticos no llegan al millón de toneladas de producción, es decir, suponen aproximadamente solo un 4% del total de residuos municipales. El índice de reciclado de los envases plásticos en Europa está en segundo lugar en el ranking de países y supera el 51%, cuando la media de Europa, según datos de Eurostat, es del 42%. El envase doméstico plástico tiene índices de recogida y reciclado mejores incluso que los de otros materiales. ¿Realmente esos objetivos de reducción de envases plásticos tan desproporcionados van a solucionar un problema o van a generar otros? No se han tenido en cuenta ni los impactos económicos, ni los medioambientales. De acuerdo a los datos de la plataforma EsPlásticos, en lo económico significará el cierre de muchas de las 3.000 empresas que forman el sector, mayoritariamente pymes, y un enorme impacto sobre el empleo directo de calidad de más de 90.000 personas, y empleo indirecto e inducido de más de 255.000, muchos de ellos en la España rural. Una gran parte de estos trabajadores se verán afectados, ya que el empleo directo puede llegar a reducirse en más de un 40% de aquí a 2030. ¿Por qué destruir puestos de trabajo cuando podemos incluso aumentarlos apoyando a la Economía Circular del plástico? Desde la vertiente ambiental, a la hora de fijar los objetivos no se han tenido en cuenta los esfuerzos que ha realizado el sector para poner en el mercado envases y productos cada vez más reciclables, con reciclado y con menor huella ambiental. Además, se favorece la sustitución de los plásticos por otros materiales, siempre más pesados, que generan más residuos y que utilizan muchos más recursos energéticos y más huella de carbono, y con la posibilidad de que aumente el desperdicio alimentario por no utilizar los envases adecuados. Estos objetivos se alejan de los conceptos de reciclabilidad del envase y del contenido reciclado, y obvian los esfuerzos realizados en algunas de las empresas. Las compañías del sector de los plásticos trabajan incansablemente desde hace años para garantizar una
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