31 mismos nombres y cuyas longitudes de onda se encuentran entorno a los 520 y 450 nm, respectivamente. Como puede apreciarse, el empleo de los láseres azul y verde conlleva un incremento considerable de la absortividad, que es especialmente notable para materiales como el cobre. Láser verde El láser verde tiene una longitud de onda de entorno a los 520 nm y coincide exactamente con la mitad de la longitud de onda que los de estado sólido (fibra y disco), de ahí que a estos láseres se les denomine como láseres de segunda generación harmónica. Para conseguir esta longitud de onda, es necesario alterar la luz emitida por un láser YAG o YVO4 pasándolo a través de un monocristal de óxido (LBO: borato de litio). La razón de la denominación de ‘láser verde’ se debe a que esta longitud de onda de 520 nm se corresponde con la del color verde dentro del espectro de luz visible y presenta la ventaja de que muchos materiales tienen una mayor tasa de absorción a esta longitud de onda que a 1.060 nm. Por ejemplo, para materiales como el cobre o el oro que, a la longitud de onda de los láseres IR (1064 nm) tienen una absortividad por debajo del 10%, se consiguen absortividades por encima del 50%. Además, esta menor longitud de onda permite concentrar el haz láser en un spot más pequeño, por lo que se obtienen resultados de mayor precisión. Gracias al empleo de láseres verdes se evitan los problemas que se producen al acoplar el haz láser con el material, donde además de generar elevadas pérdidas por reflexiones, el baño fundido suele ser inestable, se producen salpicaduras en la superficie aportada y los aportes tienden a presentar una elevada porosidad. Consecuentemente, los láseres verdes permiten eliminan estos problemas y Prima Additive afirma que las piezas fabricadas en cobre pueden alcanzar densidades superiores al 99,8% [13] y se puede aportar cobre a velocidades 10 veces superiores a los que se pueden alcanzar con un láser IR. Otros sistemas como los desarrollados por Trumpf también ofrecen láseres verdes en su catálogo de quipos, enfocando su utilización principalmente a la soldadura de cobre y a la impresión 3D de cobre puro mediante la tecnología de PBF-LB. En figura 11 se muestran dos ejemplos de componentes fabricados mediante láseres verdes. Láser azul El desarrollo de los láseres azules es más reciente que el de los verdes y su integración en máquinas y disponibilidad en el mercado es muy limitado. Los primeros láseres azules se desarrollaron aproximadamente hace 5 años y la empresa Nuburu ha sido una de las primeras en integrar un láser azul en una máquina de PBF-LB. No obstante, a la vista de las mejoras en eficiencia que estos láseres prometen frente a los láseres IR, figura 12, empresas punteras del sector de la máquina herramienta de FA están apostando por esta tecnología. Figura 8. Estructura de un TBC con gradiente funcional (FGM). Figura 9. Absortividad de los materiales en función de la longitud de onda del láser: azul, verde, roja (infrarroja: diodo o fibra). [12]
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