AE16 - Aeronáutica

TRIBUNA DE OPINIÓN 22 Consideremos un taller de fabricación del sector aeroespacial en España. Aquí, la precisión es fundamental y el margen de error es casi nulo. Implementar IA o tecnologías de Industria 4.0 podría parecer atractivo a primera vista. Sin embargo, como paso inicial sería fundamental entender si nuestros talleres ya están optimizados para desempeñarse al máximo de sus capacidades actuales. El taller es como un reloj suizo. Si las piezas más básicas del reloj, como las agujas o los engranajes, no funcionan adecuadamente, no tiene sentido añadir funcionalidades adicionales como un cronómetro de alta precisión. En términos del taller, si los procesos básicos tienen ineficiencias, la introducción de IA sólo agregará una capa adicional de complejidad, y probablemente costes, sin necesariamente aumentar la rentabilidad. Un dilema similar se enfrenta cuando hablamos específicamente sobre costes. Invertir en IA y tecnologías avanzadas suele requerir una inversión inicial significativa. Aquí entramos en el terreno de las compensaciones: si realizamos una inversión alta ahora, ¿cuánto tiempo llevará para que el retorno de la inversión justifique el gasto? Por otro lado, mejorando la eficiencia del taller con los recursos y las tecnologías existentes, podríamos lograr ganancias más inmediatas en productividad y rentabilidad. En mi opinión, es fundamental cuestionar el bombo publicitario que rodea a la IA y la Industria 4.0. Antes de precipitarnos en el futuro, primero debemos asegurarnos de que nuestros talleres estén funcionando de una manera lo más eficientemente posible con lo que ya tenemos. Este enfoque más fundamentado puede no tener el atractivo del ‘futuro brillante’ que nos prometen las tecnologías emergentes, pero podría ser el más sensato para las necesidades inmediatas de la industria aeroespacial en España. La hiperbolización de la IA y la Industria 4.0 en España Hablar de Inteligencia Artificial (IA) e Industria 4.0 es casi inevitable en los círculos industriales de hoy. Estas tecnologías se presentan como las soluciones mágicas para resolver problemas complejos de productividad, eficiencia y rentabilidad. Pero, con el debido respeto, ¿no estaremos poniendo el arado delante de los bueyes? David Sánchez Wells

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