EL APUNTE Estaban equivocados quienes pensaran que agricultores y ganaderos abandonarían las movilizaciones con la entrada de la primavera y la necesidad de afrontar en el campo trabajos inaplazables. Según la zona de España y el tipo de cultivos, para estas fechas se completó la sementera, arranca la campaña del forraje, se realizan labores de fertilización, de aclareo de frutales, de control de plagas, de poda en verde… y muchas más faenas. Porque el campo no para. Ni debe, ni puede parar, por el bien y la necesidad de todos. Pero lo que tampoco se detiene es el malestar reinante, provocado por esa suerte de decisiones que han puesto en pie de guerra a los productores, no solo de España sino de muchos otros países europeos. La duda que me ha surgido durante estas últimas semanas es el impacto que estas movilizaciones tienen -y pueden seguir teniendo- sobre la venta de maquinaria agrícola. Después de arrancar el año con dos meses positivos para los tractores -no tanto para otro tipo de máquinas- marzo nos devolvió a la cruda realidad vivida durante 2023. ¿Se frena la inversión en equipos porque agricultores y ganaderos continúan en su “lucha” frente a las administraciones? Esta pregunta se la trasladé a varias empresas durante la Asamblea de ANSEMAT (ver reportaje en esta misma edición) y con algunas otras lo comenté en charlas informales. El impacto de las movilizaciones en la venta de maquinaria agrícola Ángel Pérez maquinaria agrícola en España tenga que ver de forma directa con las ‘tractoradas’. Con algunas de las reclamaciones que las provocan, desde luego que sí. Y también admito que el estado de desánimo, en ocasiones crispación, tampoco favorece. Eso sí, la actividad no para y cuando llega la hora de sustituir un vehículo agrícola o un implemento, no hay movilización que lo impida. Se puede apurar más su uso, pero se termina afrontando la inversión. Esto se observa claramente en el segmento de tractores de alta potencia. Entonces, ¿por qué las ventas no levantan cabeza tras tocar mínimos en 2023? Aquí entran en juego otros factores, de tipo estructural, que afrontaré en un próximo “Apunte”. Las previsiones de los grandes fabricantes para Europa en 2024 ya habían advertido durante los últimos meses de 2023 de una caída cercana a los dos dígitos para el año en curso. No obstante, España ya demostró en el pasado su capacidad para circular a la inversa respecto a nuestros vecinos europeos. Unas veces para mal: véase 2023; otras para bien: esperemos que así sea en 2024. “El mercado español de la maquinaria agrícola ya demostró en el pasado su capacidad para circular a la inversa respecto a nuestros vecinos europeos” Mi conclusión es que “sí, pero…”, es decir, reconocen cierta influencia de las movilizaciones. De hecho, como ejemplo se pueden citar los casos de muchas empresas proveedoras de productos agrícolas que llegaron a cerrar sus puertas en días puntuales, en solidaridad con sus clientes. No obstante, me parece mucho decir que la delicada situación que atraviesa actualmente el mercado de la
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