A207 - Interempresas Maquinaria Agrícola

SEGURIDAD 85 La correlación más significante encontrada entre las variables ha sido entre la pendiente y el tamaño. El análisis de regresión lineal múltiple, entre el número de accidentes en función de la pendiente y la SAU/nº explotaciones ha tenido como resultado un coeficiente de correlación múltiple de 0,42, junto a un R2 ajustado de 0,17. Serían valores que no permitirían confirmar una relación entre ambas variables. Sin embargo, si observamos la Figura 6 se comprueba cómo a mayor superficie por explotación menor es la pendiente, con un coeficiente de correlación de -0,49, por lo que se puede concluir que las zonas con explotaciones más extensas tienen una menor pendiente y, por lo tanto, esas regiones reúnen dos características que reducen el grado de accidentalidad: tamaño y extensión. CONCLUSIONES La formación ha tenido una leve influencia en el nº de accidentes, siendo notable la diferencia entre las regiones con agricultores con mayor formación y regiones con agricultores con menor formación. A pesar de ello, el nivel de formación general sigue siendo bajo. Se podrían asociar las zonas de mayor formación con las que disponen de más recursos. La pendiente no ha tenido la influencia esperada en los análisis estadísticos, pero observando los mapas realizados en QGIS y las causas de los accidentes, se ha podido concluir que sí que es un factor del que depende el número de accidentes. Hay que tener en cuenta que se ha considerado la pendiente de la provincia y no la pendiente en el lugar del accidente, que habría sido el dato más adecuado para estudiar, pero que se desconoce. El tamaño se ha analizado en forma de variable discreta y continua, obteniendo resultados similares en ambas, lo más remarcable ha sido la gran diferencia entre las provincias con mayor atomización y las más extensas, siendo estas últimas las que menos accidentes han presentado. El tipo de cultivo ha sido una variable con influencia, siendo los leñosos los cultivos más peligrosos, seguidos de los pastos y por último las tierras arables. Las únicas dos variables independientes que han presentado algún tipo de correlación han sido la pendiente y el tamaño, dejando como conclusión que las parcelas de gran superficie y poca pendiente con los cultivos extensivos son las más seguras. RECOMENDACIONES Dada la alta siniestralidad que tenemos en España por el vuelco de los tractores, no podemos terminar sin aportar una serie de recomendaciones empezando por aquellas medidas que aseguren la estabilidad durante las labores. El análisis revela que el 93 % de estos incidentes resultan en consecuencias graves o letales. Para contrarrestar esto, la ejecución de las tareas debe ser cuidadosamente planificada para evitar la pérdida de estabilidad del tractor. Además, el uso conjunto del cinturón de seguridad y de las estructuras de seguridad (ROPS) se presenta como la solución efectiva para, en caso de vuelco, minimizar sus consecuencias y reducir significativamente su letalidad. En el año 2019, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), preocupados también por la alta siniestralidad por el vuelco de los tractores, puso en marcha la campaña de sensibilidad “Tu vida, sin vuelcos” (https://www.insst.es/documentacion/ espacio-monotematico/tu-vida-sinvuelcos) donde podemos encontrar más información sobre las causas, los datos de siniestralidad y las medidas de prevención y protección que se pueden adoptar. En cuanto a la formación e información, hay una necesidad urgente de aumentar la capacitación en seguridad laboral en este sector. Hasta el 2008, solo el 19 % de los agricultores contaban con formación en este ámbito. Está claro que no es fácil realizar labores de formación en el sector agrario por muchísimas causas, dispersión de la población, temporalidad, etc., pero los jefes de explotación en los que la agricultura sea su actividad principal o agricultores jóvenes, sería interesante que se educasen en ámbitos como la seguridad y salud en el trabajo. La formación y la información es una inversión que no solo evita accidentes y bajas, sino que también reduce gastos económicos indirectos. Independientemente del tipo de cultivo, hay que aplicar todas las medidas de seguridad puestas a nuestro alcance durante la ejecución de las labores. Aunque estas precauciones puedan ralentizar el proceso, son cruciales para prevenir los accidentes mortales y los graves, especialmente en cultivos leñosos. Los trabajos agrícolas realizados con el tractor llevan consigo también un esfuerzo físico y mental notable. Si a eso unimos la gran diversidad de tareas, el envejecimiento de la población y del parque de tractores, se destaca la necesidad urgente de implementar medidas integrales que La formación ha tenido una leve influencia en el número de accidentes, siendo notable la diferencia entre las regiones con agricultores con mayor y con menor formación

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