Maquinaria Agrícola

22 EMPRESA Sistemes Electrònics Progrés: Una historia de progreso e innovación Estas dos imágenes reflejan la evolución de la empresa, desde sus inicios en el garaje de Enric Segarra hasta las instalaciones actuales. La atención al cliente y el servicio posventa son de siempre prioridades para la empresa. Cerca de un 10 % de la facturación se invierte en I+D+i. Sistemes Electrònics Progrés es una empresa ilerdense especializada en el diseño, fabricación y comercialización de programadores para riego, cuya amplia experiencia tiene como base la innovación, la calidad, el compromiso, la confianza y el servicio posventa. aplicación de la electrónica, la informática y las telecomunicaciones en la agricultura, no solamente por el hecho de aumentar el rendimiento de las explotaciones agropecuarias y la calidad del producto, sino también por implicar una notable mejora del medio ambiente. De acuerdo con ello, pusieron en marcha la empresa con muy pocos recursos económicos y trabajando en sus inicios en la parte baja de la vivienda de Enric en Bellpuig, en un local de apenas 40 metros cuadrados. Poco a poco fueron avanzando y dos años después contratan al primer empleado, Salvador, que actualmente continúa en la empresa. 1988 es un año muy importante ya que, por un lado, se traslada el negocio a un local más grande también en Bellpuig, y, por otro, se empieza a comercializar el Agrónic 3000, el primer equipo configurable para fertirrigación agrícola, y que obtuvo cuatro premios a la innovación tecnológica. Además, aparece la primera versión del Agrónic 2000, uno de los equipos más vendidos del mercado, que en 2011 sería sustituido por el Agrónic 2500. Los productos comienzan a interesar en el mercado y su paulatino desarrollo les lleva a participar en importantes ferias agrarias de alcance internacional, como FIMA en Zaragoza y SIMA en París. De esta forma, van ganando liderazgo en España y Portugal y su presencia en el exterior es cada vez mayor. La historia comienza en 1984, de la mano de dos jóvenes, Enric Segarra y Jaume Solsona, de Vilanova de Bellpuig, en la comarca de el pla d'Urgell (Lleida), hijos de payeses, que trabajaban juntos en el laboratorio de aplicaciones electrónicas Domènec Calaf. Ambos estaban convencidos de las posibilidades que podía ofrecer la

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