EL APUNTE Cada vez que he tenido la oportunidad de viajar a Asia he regresado cuestionándome la eficacia de las políticas medioambientales aplicadas en Europa. Aprovechando la invitación del fabricante de neumáticos BKT, he recorrido grandes urbes, como Delhi o Mumbai, y zonas rurales en los entornos de Bhuj y Surat, en los estados de Guajarat y Guyarat, al noroeste y oeste del país, respectivamente. El contraste es evidente, sobre todo si se observa la evolución que muestra Mumbai, una ciudad envuelta en un fuerte proceso de expansión económica, industrial y social, con inversiones clave para una mayor apertura global en los próximos años. Más despacio camina la capital, cuyos 25 millones de habitantes viven aparentemente sumidos en un caos del que, por ahora, resulta difícil que vayan a poder salir. Tampoco tienen demasiadas expectativas de futuro en la zona que recorrí camino de Bhuj hacia las instalaciones de BKT. Surat, por su parte, es una combinación de ambos escenarios: unos 5 millones de personas viviendo con una altísima densidad de población y unos alrededores donde la agricultura cobra el protagonismo que le va dejando la explosión urbanística que vive. ¿Nos suena, verdad? Más allá del choque cultural que supone encontrar ganado suelto por todas partes, el escenario no difiere en exceso del observado en Delhi y en ciertas zonas de Mumbai: personas de cualquier edad y sexo (sobre)viviendo en la calle con lo puesto, pequeños comercios donde encontrar prácticamente cualquier cosa y, todo ello, en un escenario de pobredumbre carente de las mínimas condiciones de higiene que disfrutamos en la mayor parte de Europa. Grandes acumulaciones de basura por las calles, un parque de vehículos muy contaminante y, lo que aún es peor, sin posibilidades de renovación por las limitaciones económicas. “Sostenibility?, what is that?”. Cabe pensar que el ejemplo mostrado por BKT sea extensivo a otras grandes multinacionales con sede en el país. Porque el fabricante de neumáticos sí que apuesta de forma decidida por la sostenibilidad, no solo medioambiental, sino también económica y social del área de influencia donde se encuentra su sede central. Además, sus cada vez más grandes instalaciones son autosuficientes desde el punto de vista energético y transmiten una imagen moderna y ‘verde’. Es obvio que el respeto y el cuidado del planeta nos debería competer a todos, independientemente del continente donde nos encontremos. Pero seamos sensatos: no tiene las mismas posibilidades un ciudadano europeo o norteamericano, que otro indio o de muchas (demasiadas aún) otras zonas. Durante el mes de febrero, precisamente en India, se desarrolló la reunión del Grupo de Trabajo sobre Sostenibilidad Climática y Medio Ambiente del G-20, un foro internacional de gobernantes y presidentes de bancos centrales. Delegados de estos países pudieron comprobar y vivir en primera persona la auténtica realidad del pueblo. Sin ánimo de ser demagogo, esperemos que no viajaran de la escalerilla del avión al coche oficial y de ahí hasta el restaurante de lujo, sino que pisaran el terreno y conocieran la realidad de sus gentes. Quizá sea ese el primer paso hacia un PLANETA, no solo ciertas zonas, SOSTENIBLE. Porque lo ideal sería una mejor política GLOBAL cuya prioridad sea reducir la enorme y terrible brecha que aún nos separa. Sostenibilidad global
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx