93 abajo. En este caso, podría ser efectivo inflar el neumático más de la cuenta única y exclusivamente cuando el vehículo está parado como medida para limitar los planos de rueda cuando se reutilice el vehículo. EVITAR LA ACELERACIÓN REPENTINA Y LOS FRENAZOS BRUSCOS Un estilo de conducción caracterizado por los frenazos bruscos, por ejemplo, tiene un impacto negativo en la durabilidad de los neumáticos. De hecho, el deslizamiento entre la banda de rodadura y la superficie de la carretera por grietas causadas por el frenado provoca un desgaste más rápido de los neumáticos. Por eso, puede ser útil frenar con el motor, es decir, ir reduciendo de marcha y frenar el vehículo por la velocidad de rotación del motor. El estilo de conducción es incluso más determinante para la seguridad en carretera, por ejemplo, si un tractor lleva un remolque agrícola, especialmente en presencia de rotativas. Y hay riesgo de que el peso de la carga haga que el conductor pierda el control por conducir a demasiada velocidad o un frenazo brusco. Pero si los protectores de la pared lateral chocan con la acera, también se potencia el desgaste prematuro de los neumáticos además de un mayor riesgo de pinchazos que pueden provocar la parada del vehículo. En conclusión, un buen resultado de neumáticos empieza con escoger el producto adecuado. Un neumático perfecto depende del tipo de equipo, peso, aplicación, terreno y hábitos de operación. Es una decisión importante y, a veces, compleja.n Una correcta conducción es fundamental para prolongar la vida de los neumáticos.
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