Herramienta líquida... o simplemente refrigerante
17 de diciembre de 2010
El primer elemento que define la herramienta líquida es la innovación. Con formulaciones únicas de alta tecnología, que ataquen el problema de raíz desde distintas perspectivas, ampliando el espectro de soluciones, para los diversos elementos que se presentan en un mismo problema, generando así una solución especifica con diversos valores agregados, que logra diferenciar al producto en el mercado: alta tecnología, distintas perspectivas, soluciones específicas y valor agregado.
Con la extrapolación, la aplicación de la herramienta debe lograr reducir significativamente el esfuerzo físico, además de los requerimientos de personal, materiales y tiempo, con acabados de alta calidad que provoquen en el cliente una sensación de impresión y satisfacción, denominado esto como el efecto ‘¡Guau!’; menor fuerza física, menos recursos humanos, materiales, mejor acabado: efecto Wow!.
Enfocándonos en la calidad, se deben emplear siempre las concentraciones precisas y las mejores materias primas y materiales del mercado y teniendo siempre cuidado de los procesos productivos y las necesidades más exigentes: fórmulas, materias primas, procesos y clientes.
Las nuevas herramientas líquidas
Una vez presentada la herramienta líquida pasemos a introducirla dentro del proceso de producción que nos ocupa. Cada vez son más las empresas (grandes, medianas y pequeñas) que optan por la importancia de una herramienta líquida y no por un simple refrigerante de agua más aceite.
La visión general de un refrigerante por parte de la mayoría de empresarios durante muchos años ha sido una fórmula muy sencilla: refrigerar + lubrificar (mal necesario). Pero esos tiempos han cambiado y mucho. Una vez más, las nuevas tecnologías, así como las máquinas-herramienta, avanzan a pasos agigantados y dentro del mundo del mecanizado, cada día se impone más una reducción en tiempos, ya sean de mecanizado o de tiempos muertos de cambios de herramientas, los cuales influyen directamente sobre los costes de producción. Si tenemos en cuenta que sobre estudios realizados en la estructura de los costes de fabricación el 60% se destina a salarios, el 30% a máquinas, el 5% a herramientas y solo el 0,5% se destina al refrigerante (el coste del refrigerante es aproximadamente el 10% del coste total de las herramientas) este porcentaje tienen un efecto directo en todo el proceso de fabricación.
En este punto, la fórmula simple y antigua de refrigerar + lubrificar ha cambiado a favor de la herramienta líquida —más rápido y de mayor durabilidad—, con lo cual es importante el término ‘inversión en producción’, ya que el ahorro en el coste no está en el precio del refrigerante, sino que el potencial de ahorro está en el tiempo de mecanizado, donde entra en juego la herramienta líquida.
Las marcas de primera línea lanzan año tras año al mercado nuevos productos y nuevas fórmulas, las cuales se centran en esa inversión en productividad, basada en la reducción de tiempos: más rápido y mayor vida de la herramienta.
- Menos tiempo comporta la reducción de tiempos muertos, reducción de tiempos de mecanizado, más horas productivas, mayor rendimiento de la inversión realizada, etc.
- Más rapidez supone: mayor avance, mayor velocidad, mejor acabado (no necesitamos procesos secundarios) menos horas de mecanizado y trabajo, mayor rendimiento, etc.
Otro dato a tener en cuenta de estas nuevas herramientas líquidas son la durabilidad de las mezclas y el concepto de estabilidad biológica. Estos dos parámetros influyen directamente sobre las nuevas tecnologías. Los microorganismos presentes en el agua de preparación, en el aire, en las materias primas, en las piezas e incluso en las personas, hacen que una buena herramienta líquida, se distinga del resto, ya que bacterias, hongos y levaduras son más difíciles de aparecer en los tanques. Estas nuevas tecnologías son respetuosas con el medio ambiente, con las máquinas y por supuesto con los operarios que las usan, y aportan al mecanizado una mayor productividad.
Por eso hay que tratar a la herramienta líquida como otra de nuestras herramientas de mecanizado y para poder conseguir esos resultados en acabado y ahorros en los costes, siempre hemos de seguir unas pautas definidas.
Comprobaciones en el taller: ¿Qué periodicidad?
- Apariencia: a diario
- Olor: a diario
- Concentración: semanalmente (más tras el rellenado)
- Valor pH: semanalmente
- Dureza agua: si hay espuma / capa densa
Por eso, aconsejamos a todos los clientes que inviertan en tecnología, que inviertan en el futuro de su empresa y verán esos resultados a medio-largo plazo utilizando herramienta líquida. La calidad de una inversión puede ser medida por su interés (dinero), incremento de valor (estado real) o por su productividad.
¿Cómo puede una herramienta líquida incrementar la productividad? Obteniendo los beneficios por: más vida de las herramientas, mayor rendimiento en el corte, mejora de los procesos de producción, mayor fiabilidad en la producción, etc. Todo esto repercute en el futuro de un mayor crecimiento y prosperidad de la empresa.