Ferretería Calbet, S.L.: más de 70 años de vocación de servicio
Corría el año 1951 cuando Joan Calbet Ventosa pasó de vender alpargatas en su ‘espardenyeria’ a servir en su tienda prácticamente de todo lo que le pedían sus clientes, vecinos de Viladecans (Barcelona). Y cuando decimos ‘de todo’ comprende desde cualquier herramienta o enser para el hogar hasta anillos de compromiso: Joan montaba su bicicleta y pedaleaba hasta la capital para hallar lo que le pedían sus clientes. Con este espíritu y vocación de servicio nació Ferretería Calbet, regentada en la actualidad por Joan, Gemma y Alba Puig, yerno y nietas del fundador, que celebraron el pasado año 2021 los 70 años de historia del establecimiento.
Ferretería Calbet está en pleno centro de Viladecans, una próspera localidad del área metropolitana de Barcelona. Es el típico establecimiento de proximidad, de los de ‘toda la vida’ con una larga historia a sus espaldas, pero sin estar anclados en tiempos pasados. De hecho, Calbet apuesta por renovarse constantemente, aceptar nuevos retos y dar respuesta a las demandas de sus clientes. “Si no lo tenemos, lo encontraremos” es su lema.
“Si pudiera resumir en una palabra la esencia de lo que he aprendido en la tienda sería servicio”, explica Gemma Calbet, nieta del fundador y tercera generación al frente del establecimiento. “La nota predominante en carácter de nuestra actividad ha sido siempre el dar soluciones y aportar seguridad y lealtad a todas las personas que han venido a nuestro comercio”. Esto lo han heredado de Joan Calbet Ventosa, “el hombre que dio alma a todo nuestro proyecto. En un principio el establecimiento era una “espardenyeria” (alpargatería), pero los tiempos emergentes dejaron paso a nuevas necesidades”. Cada vez más la demanda de ‘espardenyes de pinxo’ era menor y esto dio a paso al cambio de estrategia.
Es aquí cuando nace Ferretería Calbet, en 1951, en un contexto de posguerra, de sociedad emergente, cuando había grandes necesidades de reconstrucción, gran demanda de diversidad de artículos, todos de considerable necesidad y de diversas modalidades. “Explicaba el abuelo que la ferretería abastecía de herramientas para el campo, pero también para el hogar —ollas, cacerolas y menaje—, madera, maquinaria e incluso petróleo. Una anécdota muy entrañable es que el abuelo hacía todo lo posible para conseguir todo lo que pedían en la tienda: anillos de compromiso, muebles, bicicletas o figuras de pesebre; como un servicio de Marketplace de la época”, explica Gemma, que añade: “Lo que me hace sentir más orgullosa es que este espíritu de servicio sigue presente hoy en día en la ferretería, donde junto con mi padre, mi hermana y un equipo que sentimos como de la familia, intentamos cubrir y garantizar las necesidades cambiantes de nuestros clientes”.
Tras Joan Calbet, cogió las riendas del establecimiento su yerno Joan Puig Bullich, que llegó a la empresa con un espíritu renovador, aportando su sello distintivo y continuador de este carácter de servicio y garantía. “Su sentido del humor y simpatía han sido cruciales, incluso en tiempos de pandemia. Gracias a esta cadena generacional hoy podemos mirar al futuro con “empenta” empuje e ilusión, con innovación constante, presume Gemma.
Lo mejor de ser una tienda de barrio y pertenecer a una cadena
“Tenemos lo mejor de ser una cadena y lo mejor de ser una ferretería de barrio: proximidad, atención personalizada y buenos precios”, afirma la familia Calbet, Y es que Calbet fue una de las primeras ferreterías catalanas en apostar por Cifec (Cooperativa Industrial de Ferreters de Catalunya), la primitiva cooperativa que se fusionó con Cofac y posteriormente se convirtieron en Optimus, la actual enseña del establecimiento. “De Cifec somos de los socios más antiguos de la cadena; éramos el socio número 88. Recuerdo ir casi cada mediodía a l’Hospitalet, debido a la proximidad con Viladecans. Recuerdo esos carros altos bien cargados de cerrojos y bisagras”, explica Gemma. “Ahora ya formamos parte de Optimus, fusionada con Cofac. Nuestra fidelidad al grupo se ve recompensada con unas condiciones de compra que nos permiten ser muy competitivos en el mercado, además de intercambiar feed back de tendencias y actualizaciones de producto. El que más apoyo nos da es el almacén central del producto que nos permite dar servicio inmediato a nuestro cliente”.
El apoyo de la cadena permite que se hayan podido especializar en lo que más demanda el cliente. “Nuestra ferretería tiene una gran variedad de productos, pero intentamos adaptarnos a todas las necesidades y gracias a nuestra colaboración dentro de Optimus nos es más fácil la mejora continua para obtener el mejor precio, calidad y servicio sin dejar nunca de lado nuestro sello distintivo, que es lo que hace que el cliente vuelva a la tienda, a su fidelización”.
Gracias a ello, cuentan con el aval de grandes marcas que apoyan toda la gama de artículos que ofrecen: maquinaria, material eléctrico, sanitario, iluminación, adhesivos, pinturas. Otras de las gamas más importantes son las del menaje y jardinería, siempre respaldados por los catálogos que se van renovando cada temporada. También cuentan con otros servicios como el de cerrajería, cada vez más demandado, la copia de llaves y mandos, el montaje y las explicaciones pertinentes en la venta de cada producto en especial en este sector.
“Nuestra especialización es la diversificación de servicios. Hemos intentados abastecer todo un sector industrial que, a pesar de las dificultades, nos ha sido muy fiel. Hemos abastecido grandes empresas de alrededor que confían en nuestra garantía. Pero desde el día que abrimos nuestra ferretería, nunca hemos olvidado al cliente de pie de calle, al que mimamos y seguimos queriendo a día de hoy con la misma garantía de precio, producto y servicio posventa. Este homenaje también lo queremos dirigir a todos ellos”, concluye Gemma.