La formación, una de las mejores inversiones para el futuro del negocio

Es difícil de entender cómo, en momentos de dificultades económicas, en lo primero en lo que habitualmente recortan los negocios es en el presupuesto de formación (y también en el departamento de Marketing) cuando precisamente es un área clave para el futuro de la empresa. En Family Business Solutions somos firmes defensores de este campo y creemos que la formación es la clave de la capacitación y la profesionalización de las personas y, sin duda, también es algo que facilitará el relevo generacional cuando llegue el momento, sobre todo en aquellas empresas familiares con una alta complejidad y de generaciones más avanzadas que necesitan imperiosamente profesionalizarse.

Ricard Agustín.

La experiencia nos demuestra que las empresas familiares suelen obtener mejores resultados en el largo plazo cuando desarrollan un plan de formación interno a su medida, para sus accionistas familiares y para los trabajadores del negocio. En caso de disponer de un Consejo de Familia, este es el órgano de gobierno encargado de velar por esta cuestión y de determinar los contenidos formativos para todos los miembros de la familia empresaria, así como de asegurar que existe un seguimiento. Asimismo, en el Protocolo Familiar es muy recomendable regular la formación que deben reunir necesariamente los miembros de la familia de las nuevas generaciones para poder optar a trabajar en la empresa familiar y para ocupar cargos de responsabilidad en la misma.

Si nos centramos en los familiares accionistas de la empresa familiar, asegurar que cuentan con una adecuada educación de la propiedad es fundamental para ayudarles a tomar las mejores decisiones en cada momento. Existen unos mínimos conocimientos troncales de finanzas y economía y de la empresa y del sector sin los cuales sería muy complicado, por no decir imposible, ejercer de buen propietario. Pensemos que los familiares que no están directamente implicados en la gestión y dirección del negocio no tienen por qué tener estos conocimientos si trabajan en otros campos laborales, que pueden ir desde la medicina o la química, hasta la educación o el arte.

Así pues, la formación debe hacerse extensiva a todos ellos para evitar que personas con muy poca formación o conocimiento del negocio familiar, o que han recibido un paquete accionarial por herencia y que no han vivido la empresa familiar, acaben tomando decisiones muy importantes, sin tener la adecuada capacitación para ello. Convertir a los accionistas familiares en accionistas bien informados y comprometidos con el éxito del proyecto empresarial contribuirá, sin duda, a caminar en la misma dirección y a aumentar la armonía familiar.

En lo referente al equipo directivo, probablemente gracias a las recomendaciones de los responsables de Recursos Humanos, no solemos detectar tantas carencias. Para aquellas personas encargadas de la gestión y dirección del negocio, la implementación de programas formativos de calidad para los directivos, ya sean de la familia o no, forma parte de la estrategia para garantizar la excelencia del negocio, así como para lograr su continuidad y profesionalización.

Como probablemente ya habéis experimentado, algunas de las capacidades personales que debe poseer un buen líder son innatas, pero otras, en cambio, se pueden adquirir, desarrollar y potenciar gracias a la formación, la experiencia y el coaching o acompañamiento. Por ello, será fundamental esta formación continua para mejorar las habilidades directivas y las competencias comunicativas, de liderazgo y de gestión de equipos.

Una mención aparte se merece la formación de las nuevas generaciones, que acceden a la empresa familiar con la vocación de, algún día, acabar tomando el relevo y erigirse como líderes de la misma. Esta es una cuestión que preocupa a muchas familias empresarias, que no saben si las aptitudes y las competencias de la siguiente generación son las adecuadas para dirigir la compañía. Cuando surgen dudas sobre las competencias y la capacidad de liderazgo de la generación entrante, nosotros recomendamos ceder a consejeros y asesores externos la labor de evaluar el potencial y las competencias de la siguiente generación para evitar conflictos de intereses o disputas en la familia.

Velar por la adecuada formación de las nuevas generaciones es el camino para conseguir dotar a los sucesores de las aptitudes y conocimientos necesarios para tomar el relevo en la empresa familiar y despertarles el espíritu emprendedor. Además de haber recibido formación como accionistas responsables, la nueva generación deberá estar formada académicamente y conocer a fondo la empresa y su sector. Asimismo, en pos de una buena formación profesional práctica, será muy importante que haya podido trabajar una temporada fuera del negocio familiar para que, una vez de vuelta, traiga buenas prácticas en gestión de personas, atención al cliente, técnicas de ventas, idiomas, nuevas tecnologías, y otras aptitudes que requiera la dirección del negocio familiar.

Quiero hacer también hincapié en que una familia empresaria que reflexiona sobre la formación de las nuevas generaciones no debe plantearse únicamente la formación académica y profesional de sus jóvenes. También es indispensable formar a la siguiente generación como miembros de una familia empresaria y para ello habrá que trabajar los valores familiares y los comportamientos asociados a estos valores, y contrarrestar los contravalores.

Finalmente, acabaremos este artículo con una frase que de bien seguro habréis oído en más de una ocasión… “La formación no es un gasto, es una inversión”. Y, nosotros añadimos, “con un retorno muy elevado”.

La experiencia nos demuestra que las empresas familiares suelen obtener mejores resultados en el largo plazo cuando desarrollan un plan de formación interno a su medida, para sus accionistas familiares y para los trabajadores del negocio