La importancia del calzado en el entorno laboral
Disponer de un entorno apropiado a la tarea a desarrollar es importante para la ejecución de la misma. Normalmente los empresarios tratan de mejorar sus sistemas de gestión para agilizar procesos y procuran dotar a sus plantas productivas de los mejores elementos de producción para mejorar la competitividad del negocio. Esto se hace porque se consideran inputs que suman y contribuyen a mejorar el resultado final de nuestra empresa.
¿Por qué no plantear entonces que el personal trabaje seguro y cómodo si tiene una incidencia directa en el resultado? Por ejemplo, ante la obligación imperiosa de utilizar calzado de seguridad, ¿podemos pensar que la selección de este calzado es un elemento más que afecta directamente al resultado? No imagino al presidente de un importante club de fútbol poniendo trabas acerca de que calzado deben usar sus jugadores, simplemente porque existan soluciones más económicas en el mercado. O a un atleta profesional reduciendo gastos en sus zapatillas de running.
Zapatos de seguridad Steitz Secura, Gore-Tex S2 (izq.) y S1 (dcha.).
Los pies, las piernas o la espalda del usuario de un calzado de seguridad, pueden verse afectadas por el uso de un calzado mal seleccionado e incidir directamente en su rendimiento laboral y en su salud. Las consecuencias del uso habitual de un mal calzado en nuestro día a día o para la práctica deportiva, son conocidas. Por supuesto, a nadie se le ocurre usar un zapato de verano en días de lluvia en invierno, no se adecua al entorno. Tampoco se nos ocurre usar un zapato incorrecto si tenemos alguna característica especial en el pie o sencillamente el diseño no encaja con la forma de nuestro pie. Todo esto ocurre también en nuestra actividad laboral.
Existen numerosos modelos que cumplen las mismas normativas. ¿Cómo diferenciar cual es el adecuado para mis trabajadores?
Independientemente de los requisitos especiales que puedan necesitarse debido a la actividad en concreto (fundición, soldadores etc…), se deben tener en cuenta tres tipos de factores que afectan de manera directa al usuario: el tiempo que debe trabajar con este EPI, el lugar de trabajo, y las características físicas del propio individuo.
Hay varios elementos y características de los zapatos de seguridad que debemos conocer para realizar una selección correcta y adecuada tanto a las condiciones de trabajo (físicas y temporales), como al propio usuario.
La amortiguación en un calzado de seguridad es fundamental para la comodidad y prevención de lesiones. La normativa nos habla de la “absorción de energía en el talón (E)” como requisito para calzado S1 hasta S5, que nos garantiza confort en la zona del pie que más sufre el impacto al caminar, pero no solo de ello depende una correcta amortiguación. Se debe tener en cuenta que no todas las personas tenemos el mismo peso y, por tanto, aplicamos diferente energía en ese punto. Tampoco pisamos de la misma manera, y pese a que el talón es un punto crítico en este aspecto, también el resto del pie debe estar correctamente amortiguado.
El experto en zapatillas de running Morath, donde la amortiguación es tan importante para sus usuarios, suele decir: “Un camión tiene mucha más amortiguación que un coche pequeño, pero si te subes en el camión no mueves los amortiguadores, mientras que, si te subes en el coche pequeño, simplemente con que saltes, verás cómo se mueve hacia abajo”. Esto hace que un calzado, de running o de seguridad, preparado para aguantar hasta 100 kilos, con alguien de 65 kilos ni se entera de que alguien va encima. Y para el trabajador será extremadamente duro.
Los ensayos en laboratorio sólo corroboran que la absorción de energía entra en los parámetros normativos, sin tener en cuenta quién los use. Sólo algunos fabricantes plantean opciones de absorción de energía en el talón en función del peso, o proponen sistemas que mejoran sustancialmente los mínimos que marcan los ensayos, fabricando sus calzados con materiales de alta calidad y duraderos.
La normativa también nos habla de una permeabilidad y un coeficiente de vapor de agua en el empeine y forro como requisito básico. Se realiza a los materiales un ensayo para determinar la capacidad para evacuar la humedad y sudor del pie. Pese a ser un ‘requisito básico’, existe una gran diferencia según los materiales. Sudar es una función normal biológica de nuestro cuerpo que ayuda regular su temperatura. Hay personas que sufren de hiperhidrosis, producción excesiva de sudor, y suele localizarse en pies y manos. Esto nos puede provocar una sensación constante de pies fríos, problemas de adherencia, reducción de la circulación sanguínea, así como proliferación de hongos y bacterias.
El uso de materiales, ya sean en el forro o en el material exterior, no transpirables, tales como determinadas calidades de pieles o algunos sintéticos de baja calidad nos puede generar estos problemas en nuestro personal.
La puntera de seguridad, obligatoria en todo calzado de seguridad, también tiene por supuesto mucha incidencia en su ergonomía. Las punteras clásicas metálicas, normalmente de acero, cada vez se usan menos debido a la gran evolución que ha habido en este campo. Actualmente muchos modelos incluyen punteras (y plantillas) no metálicas fabricadas a base de composites o fibra de vidrio. Los composites son ensamblajes de al menos 2 materiales bien cohesionados formando un nuevo material con propiedades que los elementos por separado no tienen. Conseguimos de esta manera punteras más flexibles, ligeras y con mayor aislamiento térmico (el acero no es buen aislante) que aportan mucha comodidad y alivian bastante el pie. Al ser un calzado sin piezas metálicas se consigue que sea amagnético y más resistente a la corrosión al no haber riesgo de oxidación.
Además, este tipo de materiales a diferencia del acero recuperan su forma tras un impacto. Esto es muy importante ya que de esta forma no queda el pie aplastado y se facilita su salida.
El riesgo por deslizamiento es un problema importante en determinadas industrias. También existe en este caso un ensayo que nos establecerá un coeficiente concreto para la situación específica que se realiza en el test; deslizamiento en pisos de acero o cerámicos, con una cantidad concreta de una solución lubricante. Indudablemente nos garantiza ciertos mínimos de antideslizamiento, pero no asegura que solucione el problema concreto que pueda tener en mi empresa.
Materiales como el TPU (Poliuretano Termoplástico) o el Caucho natural, son muy resistentes al deslizamiento.
Esto son solo algunos aspectos que, además del cumplimento de las normativas, podemos plantearnos a la hora de seleccionar un calzado de seguridad y de este modo contribuir a una mayor adecuación del EPI al personal. Cuanto mayor sea nuestro acierto, el operario trabajará más cómodo, más seguro y mejor, incidiendo sin duda en la consecución del éxito.