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Los viejos rockeros nunca mueren, pero pueden quedarse sordos

Asepal, Asociación de Empresas de Equipos de Protección Personal20/04/2016
En efecto, los viejos rockeros nunca mueren, ya lo decía el famoso Miguel Ríos allá por 1979. Lo que tal vez no sabía en aquel entonces es que los viejos rockeros suelen quedarse sordos. La confirmación de que el vocalista de AC/DC, Brian Johnson, no podrá acompañar a la banda durante su gira europea por riesgo a quedarse completamente sordo, suma otro caso más de grandes de la música que sufren de una pérdida grave de audición, como Phil Collins, Pete Townshend (The Who), Noel Gallagher (Oasis) o Eric Clapton.
Esperemos que esta desafortunada noticia para el bueno de Brian Johnson sirva para concienciarnos de que el ruido excesivo es una amenaza real, y que debemos protegernos de él.

Los músicos son sólo uno de los sectores afectados por la exposición niveles de ruido excesivo. Así, según datos de la encuesta nacional de gestión de riesgos laborales en empresas del INSHT, el 29,7% de los trabajadores está expuesto a niveles de ruido elevado. El ruido es un agente físico presente en gran multitud de situaciones de nuestra vida, desde nuestros ratos de ocio, a nuestro puesto de trabajo. El ruido afecta a nuestra audición y a otros aspectos de nuestra salud poco a poco, lenta pero progresiva e imparablemente.

Brian Johnson, cantante de AC/DC. Foto: Matt Becker
Brian Johnson, cantante de AC/DC. Foto: Matt Becker.

Efectos del ruido

Los efectos del ruido sobre la salud pueden clasificarse como auditivos y no auditivos. Los primeros se centran en la función auditiva, mientras que los no auditivos abarcan una serie de efectos que van desde los fisiológicos a los psicológicos.

Dentro de los auditivos podemos mencionar la hipoacusia (provocada por la destrucción de las células ciliadas de la cóclea) y los acúfenos (timbre o zumbido en el oído y que puede ser un primer indicio de daño auditivo).

El ruido tiene sin embargo otros efectos no auditivos, que se deben a las reacciones del organismo a la exposición al ruido. El ruido es interpretado por el organismo como una señal de alarma. De forma natural, ante una señal de alarma, el cuerpo se prepara para afrontar una potencial amenaza. El organismo libera en la sangre las denominadas hormonas del estrés que ponen el cuerpo a punto para la acción inmediata, la frecuencia cardiaca y respiratoria se aceleran, aumenta el tono muscular, aumenta la cantidad de glucosa en sangre, etc.

Protección contra el ruido

Las medidas de protección contra el ruido van desde la eliminación directa de la fuente del ruido, hasta el uso de equipos de protección individual. En ocasiones, la implementación de medidas de control distintas al uso de EPI es difícil, como en el caso de un músico. En este tipo de situaciones, la selección y uso correcto de un EPI es absolutamente crucial para la preservación de la salud auditiva.

Como siempre, el primer paso para la seleccionar un EPI es el de conocer a la perfección las condiciones en las que el trabajador está expuesto al riesgo. En el caso del ruido, deberemos tener en cuenta factores como:

  • Características propias del sonido, tales como:
  1. Intensidad (a igual intensidad son más nocivas las frecuencias agudas);
  2. Espectro de frecuencias (un sonido puro de alta intensidad produce más daño que un sonido de amplio espectro);
  3. Intensidad, emergencia y ritmo (mayor capacidad lesiva del ruido de impulso, de carácter imprevisto y brusco).
  • Duración de la exposición
  • Vulnerabilidad individual. Mayor susceptibilidad coclear por antecedentes de traumatismo craneal, infecciones óticas, tensión arterial elevada
  • Interacción con otras exposiciones (vibraciones, agentes químicos o fármacos ototóxicos pueden incrementar el riesgo de hipoacusia).

Con estos datos, deberemos seleccionar el protector auditivo que ofrezca el nivel de protección adecuado para la exposición (¡atención! Es importante no caer en la subprotección, pero tampoco deberemos sobreproteger al usuario).

En el caso de protectores auditivos, encontraremos un amplio espectro de tipos de protectores que pueden cubrir el nivel de protección adecuado que hayamos determinado. Así deberemos tener en cuenta las condiciones propias de la tarea (condiciones de temperatura, humedad, suciedad, etc.), y también las propias del trabajador, ya que como veíamos antes, pueden existir condiciones particulares del trabador que deberán tomarse en consideración para proporcionarle la protección que necesita.
La selección y uso correcto de un EPI es absolutamente crucial para la preservación de la salud auditiva. Foto: Kick the beat...

La selección y uso correcto de un EPI es absolutamente crucial para la preservación de la salud auditiva. Foto: Kick the beat.

A modo de ejemplo, a continuación citamos algunas situaciones en las que un tipo de protector auditivo concreto puede cubrir las exigencias de la tarea en la que se ubicará:

  • Los procesos auditivos dependientes del nivel pueden ser una solución para ruidos impulsivos e intermitentes.
  • Los protectores auditivos con sistema de comunicación pueden considerarse para formación y otras enseñanzas en áreas ruidosas donde sean precisas instrucciones detalladas, etc.
  • Los protectores auditivos con reducción activa del ruido pueden ser apropiados para sonidos de alto nivel y baja frecuencia.
Por último, debemos establecer un programa de protección auditiva en el que, entre otras cosas se establezcan formaciones específicas orientadas a mejorar el uso de los protectores auditivos por parte de los usuarios (algo tan sencillo en apariencia como ponerse un tapón auditivo, suele hacerse de forma incorrecta), así como programas de revisión de la efectividad de las medidas adoptadas.

Conclusión

La importancia de los protectores auditivos y su correcta selección y uso en la lucha contra las patologías auditivas, es fundamental en determinadas situaciones. Una de estas pruebas es que en la revisión de la Directiva 89/686/CEE, la Comisión Europea ha considerado que los protectores contra ruidos nocivos deber ser considerados EPI de Categoría III, lo cual redundará en un mayor control sobre la calidad de los productos que se ponen en el mercado.

Para finalizar, nos gustaría recoger una de las muestras de la concienciación acerca de la importancia del uso de protectores auditivos, por parte de uno de los miembros del colectivo afectado con el que comenzábamos esta entrada. Así, Chris Martin (Coldplay), quien también adolece de pérdida de audición por exposición a niveles excesivos de ruido, declaraba en 2012: “Desgraciadamente, cuidar de los oídos es algo en lo que uno no piensa hasta que tiene un problema. Me hubiera gustado haberlo tenido en cuenta antes. Ahora, en los conciertos todos usamos tapones auditivos hechos a medida o auriculares para monitorizar el sonido. Desde que he comenzado a proteger mis oídos mi condición no ha empeorado”.

Confiamos en que los problemas de audición por exposición a ruido sea un hecho testimonial en el futuro, en parte debido a una concienciación de la existencia de problema y un avance definitivo en el uso eficaz de medidas preventivas adecuadas para atajar a esta seria amenaza para la salud y seguridad de los trabajadores.

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