España resistirá mejor en un mundo marcado por bloques regionales y la restricción del comercio global
8 de abril de 2014
En 2033, el escenario geopolítico global será radicalmente distinto al actual. Las potencias occidentales habrán perdido peso en favor de nuevos bloques regionales -de carácter económico y político-, que competirán entre sí y que tenderán a proteger sus propios mercados e impulsar, al tiempo, flujos de inversión directa. Así se desprende del informe España en el mundo en 2033, elaborado por PwC y el Centro de Economía y Geopolítica Global de Esade (Esadegeo). El estudio hace un ejercicio de prospectiva sobre cómo se conformará el mundo en 2033, a partir del diseño de cuatro grandes escenarios: Gobernanza Global, Bloques Regionales, Proteccionismo Nacional e Intereses Económicos al Mando y concluye que el segundo de ellos será el más probable.
El informe forma parte del proyecto de PwC España 2033, nacido con el objetivo de adelantar las tendencias que determinarán el futuro de nuestro país desde un punto de vista económico y social, y que cuenta con el análisis del Club 33, un grupo de reflexión integrado por los futuros directivos de algunos de las principales empresas de nuestro país.
Dentro de dos décadas, no existirá una potencia hegemónica clara en el mundo. Jugaremos un partido sin árbitro marcado por la diversidad de los jugadores y la competencia entre grandes bloques regionales, donde los gobiernos nacionales verán cada vez más mermado su poder frente a otro tipo de actores. Estas grandes regiones (Brasil y México; China, India y Japón; Nigeria y Sudáfrica; Arabia Saudí e Irán; Turquía y Rusia; EE UU y Canadá y la Unión Europea, entre otras) competirán entre ellas con cierta tendencia al proteccionismo e impulsarán la proliferación de acuerdos comerciales bilaterales y el crecimiento del comercio intrarregional.
Europa será una de las áreas relevantes. Una Europa económicamente más cohesionada, donde la unión monetaria, bancaria y fiscal será toda una realidad, pero no la política y donde Alemania será la potencia más influyente. Este escenario será favorable para España, que será capaz de paliar los efectos de la limitación del comercio mundial mejor que otros socios europeos, gracias a que Latinoamérica y la Unión Europea serán el principal destino de nuestras exportaciones.
Precisamente, ese doble perfil europeo y latinoamericano reforzará el papel y la importancia de España como mediador entre los nuevos bloques regionales. España tratará, además, de posicionarse en el mundo como receptora de talento, haciendo valer su condición de quinta economía de la Unión Europea; sus infraestructuras de alta calidad; su atractivo cultural, su estilo de vida y su idioma.
España en el mundo en 2033 identifica, además, cuáles serán las seis grandes tendencias que transformarán el mundo en las próximas dos décadas:
- La geopolítica: un partido sin árbitro..
- La economía mundial: un nuevo equilibrio inclinado al Pacífico.
- La innovación como base de todo.
- La estructura social: un individuo más autónomo. El desarrollo económico, la aparición de una gran clase media emergente y el impacto de las tecnologías de la información conformarán la estructura de nuestra sociedad. Esta vendrá marcada por el auge de la libertad individual y por la capacidad de decisión de las personas, que ganarán poder frente a los Estados.
- La demografía: longevos, urbanos y en movimiento.
- Sostenibilidad: menos recursos y más costosos.