Los tapones inteligentes también se utilizan actualmente para minimizar el desperdicio de alimentos

Los envases, sobre todo los de plástico, suelen ser hoy objeto de críticas centradas en el excesivo volumen de residuos, las emisiones de carbono y el consumo de recursos. En este proceso, a menudo se olvida su función más importante: proteger los productos para que lleguen indemnes al consumidor. Y el envasado es crucial para garantizar este resultado. Permite transportar y almacenar mercancías, además de garantizar su higiene, calidad, autenticidad e integridad. Es el caso, en particular, de los productos alimentarios y farmacéuticos, pero muchos otros productos también acabarían tirándose sin usar si no existiera el envase. Por ello, mantener la seguridad de los productos es una de las principales prioridades de la industria del envasado y, naturalmente, también fue el centro de atención de los expositores de Interpack del año pasado.

La principal tarea de un buen envase es ofrecer la mejor protección posible al contenido. Podría decirse que esto es más evidente e importante en el segmento alimentario. Las soluciones de envasado innovadoras e inteligentes contribuyen a reducir el desperdicio de alimentos. En la última edición de Interpack, entre la información que descubrieron los visitantes figuraba cómo puede minimizarse la pérdida de alimentos durante el proceso de llenado, cómo puede lograrse una inspección fiable del producto y un sellado de alta calidad, y cómo puede evitarse la contaminación no deseada.

A menudo se pasa por alto que el principal objetivo del envase es proteger el producto. Imagen: Messe Düsseldorf/Constanze Tillmann.

Un hecho que a menudo se omite en el debate sobre el envasado es que sólo una pequeña parte del impacto climático de un producto puede atribuirse al envasado, especialmente cuando se trata de alimentos. El envase de la mantequilla, por ejemplo, sólo representa el 0,4% de la huella de carbono de todo el producto, mientras que un cartón de leche es responsable de alrededor del 4%. Estas cifras, calculadas en un estudio de la asociación alemana de envases y medio ambiente AGVU, tienen en cuenta el ciclo de vida completo del envase, incluida su eliminación. Por tanto, la mayor parte del impacto climático es atribuible al propio producto envasado. Alrededor de un tercio de los alimentos producidos en el mundo se pierde o desperdicia cada año en la cadena de valor añadido. Pero la iniciativa Save Food, lanzada en 2011 por Interpack y Messe Düsseldorf, se propone atajar este problema. El envasado desempeña un papel importante en los eventos de las respectivas empresas.

Los alimentos se siguen envasando en compuestos plásticos multicapa, porque las distintas capas pueden adaptarse fácilmente a las necesidades de protección del producto en cuestión. Sin embargo, actualmente los envases multicapa no son reciclables, lo que significa que acaban en un vertedero o siendo incinerados. En el proyecto de investigación Circular FoodPack, que se desarrollará hasta 2024, los científicos del Instituto Fraunhofer de Ingeniería de Procesos y Envases (IVV) trabajan actualmente en el reciclaje de envases alimentarios en circuito cerrado y en hacer posible su uso en contacto directo con los alimentos. Para ello, están desarrollando envases monomateriales innovadores que siguen el ritmo de los compuestos multicapa en su función protectora, además de permitir un circuito cerrado a través del reciclaje y la reutilización.

Para reutilizar materiales reciclados en envases alimentarios es necesario cumplir estrictos requisitos legales, ya que el Reglamento 2022/1616 de la UE (sobre materiales y objetos de plástico reciclado destinados a entrar en contacto con alimentos) exige barreras funcionales cuyas propiedades puedan documentarse. Con este fin, Fraunhofer IVV ha desarrollado un método de detección de capas de barrera funcionales destinadas a evitar la migración de sustancias indeseables a los alimentos. Para ello se examinaron finos recubrimientos orgánicos e inorgánicos utilizados como capas barrera, que se sometieron a pruebas prácticas más adelante en el proyecto.

Los envases de papel y cartón son cada vez más populares, pero también deben ofrecer la protección de barrera necesaria. Imagen: BASF.

El papel no siempre es la primera opción cuando se trata de envasar alimentos, especialmente productos con ingredientes grasos o líquidos, porque los materiales a base de fibra no siempre ofrecen las propiedades de barrera necesarias. Por otra parte, existe una tendencia a abandonar los envases de plástico y a utilizar envases de papel. Cuando los envases entran en contacto con productos grasos o líquidos, la protección de barrera resulta esencial. BASF ofrece una solución con Ecovio, su plástico compostable certificado basado en recursos renovables. Este año, la empresa ha añadido a su gama Ecovio una nueva línea de envases de papel y cartón recubiertos por extrusión.

Está aprobado para el contacto con alimentos y tiene fuertes propiedades de barrera contra líquidos, grasas y aceites (incluidos los aceites minerales), así como una termoestabilidad eficaz para resistir el agua hirviendo hasta 100 °C. Además, Ecovio se adhiere muy bien a una amplia gama de superficies de papel y cartón. Esto hace que la nueva línea de productos sea adecuada para soluciones basadas en papel, como vasos y recipientes para productos lácteos, alimentos congelados, papel de envolver para bocadillos y barritas de cereales, cuencos para dulces y aperitivos, y vasos para llevar para bebidas calientes y frías o sopas. Importante desde el punto de vista de la viabilidad comercial, el fabricante afirma que el nuevo proceso de recubrimiento por extrusión alcanza una velocidad comparable a la que se consigue con el polietileno (PE). Y dependiendo de la aplicación y el equipo, también se pueden conseguir pesos de recubrimiento similares a los alcanzados con PE, lo que significa que son posibles recubrimientos muy finos.

El Bump Cap permite aumentar la fecha de caducidad -que hoy en día se fija con un exceso de precaución- sin ningún riesgo para el consumidor. Imagen: Mimica.

Los tapones inteligentes también se utilizan actualmente para minimizar el desperdicio de alimentos. Este año, United Caps ha lanzado su tapón Bump Cap, que permite aumentar las fechas de caducidad actuales, excesivamente precavidas, sin que el consumidor corra ningún riesgo. El consumidor activa automáticamente el cierre cuando gira el tapón para abrirlo por primera vez. Mientras la superficie del tapón sea lisa, el producto seguirá siendo fresco. Sin embargo, si el plástico está lleno de baches, es una señal clara para el consumidor de que la fecha de caducidad ha pasado. La idea surgió de la start-up londinense Mimica, cuya fundadora, Solveiga Pakštaitė, al principio sólo quería desarrollar un tapón de botella que proporcionara a las personas con discapacidad visual información sobre la caducidad del producto.

El Bump Cap llega a la línea de embotellado en dos partes. El tapón base ha sido probado por los principales fabricantes de líneas de embotellado, y su uso sólo requiere pequeñas modificaciones en el sistema. El tapón propiamente dicho incluye la superficie con protuberancias, el gel y el activador, y se aplica con una máquina especial después de llenar la botella. Al igual que otros módulos, por ejemplo para el etiquetado o el envasado en film, esta máquina puede integrarse fácilmente en las líneas de producción.

VisioPointer: Inspección visual para garantizar la calidad de los productos envasados. Imagen: Minebea Intec.

Las soluciones de inspección son muy importantes para la protección que ofrece el envasado de productos. En el mercado existe una gran variedad de sistemas capaces de detectar distintos tipos de materias extrañas. En el caso de los metales, los detectores de metales industriales son adecuados para detectar de forma fiable cuerpos extraños metálicos y eliminarlos de las líneas de producción. Estos sistemas ayudan a los fabricantes a cumplir la normativa, minimizar el riesgo de retirada de productos y reducir el tiempo de inactividad de la producción. Si es necesario detectar otros cuerpos extraños, se recomiendan los sistemas de inspección por rayos X. Este año, Mettler-Toledo expuso una nueva solución de rayos X que inspecciona alimentos o productos farmacéuticos envasados individualmente a altas velocidades de la línea de producción. El proceso de comprobación de etiquetas, material impreso y fechas de caducidad también forma parte de la protección de los productos, y los sistemas de inspección visual de productos proporcionan resultados precisos. El VisioPointer de Minebea Intec, por ejemplo, viene de serie con tres cámaras y múltiples modos de iluminación, con cámaras laterales y satélite ofrecidas como extras opcionales para el análisis desde múltiples ángulos. Además, puede realizar una inspección fiable de la costura de sellado. Esta inspección es un importante control visual de calidad en la industria alimentaria, ya que el producto sólo puede alcanzar su vida útil si su envase es absolutamente hermético.

Las nuevas etiquetas de papel ofrecen protección contra la falsificación y pueden reciclarse. Imagen: Securikett.

Las soluciones contra la falsificación son otro factor importante en el mundo de la protección de productos, que afecta sobre todo a los productos farmacéuticos. Por ejemplo, las etiquetas de seguridad garantizan que los intentos de abrir un producto sean claramente visibles. Sin embargo, cuando se utilizan en cajas plegables de productos farmacéuticos, impiden el reciclaje, ya que parte de su película permanece adherida al envase de cartón. Securikett ha desarrollado ahora etiquetas de seguridad sostenibles y ecológicas fabricadas en papel con una lengüeta de apertura integrada y una barrera despegable. La familia 'It's Paper' de la empresa incluye ahora una amplia gama de etiquetas de papel diferentes, equipadas con multitud de características de seguridad y que pueden reciclarse fácilmente junto con el cartón.

Cuando se utiliza papel VCI crepado, se añade más material activo al envase. Imagen: Antalis Verpackungen GmbH.

Un envase que ofrezca la mejor protección posible para su contenido no sólo es clave para alimentos y productos farmacéuticos. Los productos no alimentarios, como los componentes metálicos, a menudo requieren algo más que una simple capa protectora. Su embalaje también debe proteger contra la corrosión durante el transporte. Desde 2023, el fabricante de embalajes Antalis reúne su experiencia bajo su propia marca anticorrosión. Korus ofrece envases de papel y film con VCI para el mercado europeo. Un VCI (inhibidor volátil de la corrosión) es un material volátil especial que se evapora formando una capa duradera sobre un envase de papel o film hermético, formando un entorno protector alrededor del metal sensible que se encuentra en su interior. Una vez abierto el envase, el inhibidor se evapora sin dejar residuos, a diferencia de las soluciones de aceite o grasa, que también se utilizan con fines anticorrosivos.

El envase puede abrirse brevemente, por ejemplo en la aduana, sin perder la protección anticorrosión. La atmósfera protectora vuelve a desarrollarse automáticamente después de volver a sellarlo. Los nuevos papeles y films Korus VCI de Antalis son reciclables después de su uso. La gama de productos de la empresa también incluye un tipo de papel con VCI que puede hendirse, lo que maximiza la superficie y añade aún más material con VCI activo al envase. El hendido también hace que el papel sea más elástico y flexible, lo que permite, por ejemplo, sellar de forma segura incluso esquinas y bordes afilados.