Los acuerdos entre compañías y la distribución equitativa de dosis, claves para lograr la vacunación contra la COVID-19 en todo el mundo
Los acuerdos entre compañías desarrolladoras de vacunas de COVID-19 y aquellas con capacidad de participar en la producción y una mejor distribución de las dosis disponibles entre los países con menos recursos son las claves para que la vacunación frente a la COVID-19 alcance cuanto antes la inmunidad de grupo en todo el mundo, según los datos que manejan organizaciones internacionales que están trabajando sobre el terreno.
Así, las estimaciones de entidades como la consultora internacional Airfinity, la organización Unicef o la Universidad de Duke, en Estados Unidos, apuntan a una producción prevista de unos 11.000 millones de dosis en 2021, suficientes para vacunar a la población adulta mundial y lograr la deseada inmunidad de grupo. Con este nivel de producción, los integrantes de Covax, la iniciativa liderada por la Organización Mundial de la Salud para hacer llegar las vacunas de COVID-19 a las poblaciones con menos recursos, consideran que el desafío actual se encuentra por tanto en una mejor redistribución de las dosis. Los miembros de Covax —la Alianza Gavi, la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI) y Unicef, además la propia OMS— anunciaron recientemente que ven posible lograr la inmunidad en todo el mundo si los países con un mayor número de vacunas comparten una proporción de sus dosis con las 92 naciones de ingresos medios o bajos que se benefician de esta iniciativa.
Este rápido aumento en la producción de vacunas ha sido posible gracias al sistema de propiedad industrial a través de patentes, que genera un marco de protección y confianza al desarrollador y garantiza la calidad, eficacia y seguridad de las vacunas producidas. Con este modelo, las compañías farmacéuticas pudieron, en paralelo al proceso de investigación, ampliar sus propias plantas de producción para aumentar la capacidad y comenzar a producir vacunas a riesgo, antes de que fueran aprobadas por las agencias reguladoras.
Junto a ello, comenzaron a buscar y a firmar acuerdos de transferencia de tecnología con empresas de cualquier país del mundo con capacidad de participar en la producción de estas vacunas. Ya se contabilizan cerca de 300 acuerdos de colaboración, que implican a un centenar de empresas y una treintena de países, incluidas competidoras y de países de diferentes rincones del mundo, como India, China y Sudáfrica. Gracias a estos acuerdos, la capacidad mundial de producción de vacunas -que era de unos 4.000 millones de dosis al año antes de la pandemia- se ha triplicado sólo para vacunas COVID.
Cooperación para hacer llegar las vacunas a las personas
Ahora, para que las vacunas lleguen de manera equitativa a todo el mundo, la industria farmacéutica considera que tanto fabricantes como gobiernos y las organizaciones no gubernamentales concernidas deben trabajar juntos para tomar medidas urgentes que permitan corregir esta desigualdad en el acceso. Las compañías farmacéuticas, como ha señalado la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (Ifpma), proponen intensificar el intercambio responsable de dosis con los países de renta más baja a través de la citada iniciativa Covax, que cuenta desde el inicio con el apoyo de la industria farmacéutica a través de Ifpma. Además, la industria considera necesario apoyar en la preparación de los países con bajos ingresos para que puedan realizar una mejor distribución efectiva de las dosis disponibles entre su población.
Por último, tanto las compañías farmacéuticas como los integrantes de Covax han solicitado a las autoridades gubernamentales internacionales la eliminación de algunas de las barreras comerciales y regulatorias existentes a la exportación, y la adopción de políticas que faciliten y agilicen el suministro transfronterizo de materias primas y materiales esenciales para la fabricación, además de promover la mano de obra cualificada necesaria para la fabricación de las vacunas COVID-19.