Innovación y colaboración público-privada, armas para salir de la crisis
Alberto Cantero, CEO de Gamma Health
14/04/2021La crisis del COVID-19 afecta a sociedades y economías de todo el mundo. Las consecuencias sanitarias, sociales y económicas han puesto de manifiesto un cambio de tendencia y un punto de inflexión en las políticas y en las economías de todos los países. Sin embargo, este cambio también ha provocado nuevas oportunidades para gestionar estos desafíos.
La situación tan cambiante nos ha hecho estar más preparados y ser más conscientes de la necesidad de encontrar esas nuevas oportunidades y, como resultado de todo este proceso, nos hemos dado cuenta del gran potencial de liderazgo y abastecimiento que tiene el tejido empresarial de nuestro país.
Una de las principales lecciones que hemos aprendido ha sido la imperiosa necesidad de transformar -en lo que a eficacia, suministro, logística, salud y economía se refiere- el actual modelo socioeconómico en un sistema más equilibrado, planificado e innovador. Sería deseable que la nueva realidad resultante converja hacia una colaboración entre los agentes empresariales privados y las entidades públicas.
De la misma manera, la crisis del COVID-19 también ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con un Gobierno que garantice el abastecimiento de material sanitario en situaciones de emergencia. Ahora ya sabemos que el sistema sanitario, de manera centralizada, debe disponer de una reserva estratégica de material, equipos, medicamentos, recursos humanos especializados y espacios correctamente equipados para el control y la atención de sus ciudadanos en situaciones de emergencia.
En este sentido, la industria nacional ha demostrado ser capaz de ofrecer respuesta a muchos de estos retos y de seguir abasteciendo al mercado. Un motivo más, por tanto, para priorizar la producción autóctona e invertir en la construcción de una industria nacional que mejore el tejido productivo y la tecnología sanitaria.
Nosotros apostamos por la distribución de suministros nacionales o de proximidad que cumplen la normativa europea para ponerlos a disposición de la población y los sistemas sanitarios. Puede ser un posicionamiento paradójico en un mundo globalizado, pero el producir nuestros propios suministros en un porcentaje alto en territorio europeo nos permite ser más flexibles y más autosuficientes frente a una emergencia, sea del carácter que sea. Véase el ejemplo de las vacunas y la lentitud de su aplicación en la Unión Europea debido a la falta de suministros provocada por nuestra dependencia de terceros países.
Por otra parte, la pandemia del coronavirus ha obligado a todos los sectores, y en especial al sanitario, a trabajar de manera conjunta con los agentes públicos del Sistema Nacional de Salud en la creación de materiales de protección y salud o en desarrollo de tecnologías aplicadas a la gestión y control de la pandemia.
Como consecuencia de la situación descrita, el futuro radica más que nunca en estimular el sector empresarial y apoyar propuestas emprendedoras por parte del Gobierno central, las CC AA y los ayuntamientos con medidas y facilidades fiscales que estimulen la inversión, máxime cuando la propia Administración del Estado en sus distintos niveles es consumidora de estos productos y servicios.
Creemos que la colaboración público-privada es esencial para conseguir un sector empresarial digitalizado y, como resultado, una economía más fuerte. La Administración debe apostar por el sector empresarial, creando un clima favorable para la innovación y el crecimiento. Las empresas y los gobiernos, junto con la sociedad en general, deben trabajar de la mano para afrontar, mediante alianzas y con un enfoque hacia un nuevo modelo productivo y económico, un futuro en el que la tecnología jugará un papel muy importante. En este sentido, la industria de la tecnología sanitaria ha sido fundamental asegurando las cadenas de suministro necesarias para proveer al sistema sanitario.
De igual forma, las nuevas tecnologías son clave en la gestión de la salud pública y el fortalecimiento del tejido empresarial nacional. Fomentar e invertir en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) se convierte en la mejor manera de afrontar futuras emergencias.
Con la llegada de esta crisis sanitaria lo digital ha adquirido mayor protagonismo en todas las áreas. La tecnología ha sido clave para muchas empresas, permitiéndolas mantenerse e incluso aumentando su negocio. Aunque esto ya formara parte de una realidad que estaba a la vuelta de la esquina, lo cierto es que ahora las empresas, además de transformarse digitalmente para satisfacer estas nuevas expectativas, deben ser capaces de adaptarse rápidamente y fortalecer su capacidad de respuesta ante situaciones inesperadas. Esto pasa también por la diversificación y comercialización de nuevas líneas de producto para llegar a nuevos mercados.
Lo que ciertamente hemos extraído en este tiempo es que la innovación, la tecnología y la digitalización están permitiendo a las empresas responder a las nuevas demandas socioeconómicas. Nosotros trabajamos desde este nuevo enfoque en la fabricación y comercialización de productos sanitarios con la tecnología más vanguardista y aplicando los últimos avances sanitarios a todos ellos, ofreciendo equipos de protección, de diagnóstico PCR a domicilio, de purificación de pequeños y grandes espacios…
Nuestro objetivo es estar al servicio del Sistema Nacional de Salud y de los servicios profesionales médicos. Dedicamos grandes esfuerzos a la innovación, algo que consideramos esencial, y a la mejora continua de nuestros productos con el objetivo de ofrecer un mejor servicio a la sociedad. Nos hemos dado cuenta de que la inversión en digitalización, IA, IoT, automatización, etc., es imprescindible a la hora de construir una red nacional de empresas con capacidad de supervivencia frente a emergencias como la que hemos sufrido con el COVID-19. Invertir en innovación es la mejor arma para conseguir la supervivencia de las empresas y potenciar el avance económico.