La colaboración público-privada puede contribuir a ampliar el alcance de la medicina personalizada de precisión (MPP) en oncología
La colaboración público-privada puede contribuir a ampliar el alcance de la Medicina Personalizada de Precisión (MPP) en Oncología. Así lo han puesto de manifiesto los expertos reunidos en la jornada ‘Medicina Personalizada de Precisión en Euskadi’, organizada por Roche Farma, que ha contado con la colaboración del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), y a la que han asistido casi un centenar de profesionales de esta comunidad. Los retos actuales en la Medicina Personalizada en Oncología, el papel de la Biología Molecular, las nuevas técnicas de diagnóstico, así como el futuro de los tratamientos son algunos de los temas que se han abordado en este encuentro.
Tal y como ha comentado José Miguel Roca, director de Acceso Regional de Roche Farma, “el trabajo de quienes nos dedicamos a la investigación de nuevas soluciones para los pacientes solo cobra verdadero sentido cuando instituciones y profesionales sanitarios son capaces de hacerlo llegar a quienes lo necesitan. Por lo que agradecemos enormemente al Departamento de Salud de Euskadi, así como a todos los implicados en el Plan Oncológico de esta comunidad, que hayan participado para hacer posible esta reunión. Desde nuestra compañía seguiremos trabajando cada día por anticiparnos a las necesidades de los pacientes a través de nuestro compromiso con la innovación y la excelencia para seguir siendo un referente a nivel mundial”.
Por su parte, Iñaki Gutiérrez, responsable del Plan de Genética y Genómica del Gobierno Vasco, ha señalado que es importante visibilizar este tipo de iniciativas. “Tenemos que trabajar con profesionales de diferentes ámbitos y desde los diferentes grupos de interés como la industria, el sistema sanitario, los profesionales y quizás también con la ciudadanía. En el caso concreto de la Medicina Personalizada implica una coordinación entre el productor de la tecnología, por un lado, y el utilizador de esta nueva tecnología, por otro, y todo ello en relación con los sistemas sanitarios. Esto nos obliga a ser más eficientes y a gestionar el desarrollo de estas nuevas tecnologías de acuerdo a las necesidades del sistema sanitario”, añade.
Medicina personalizada
La Medicina Personalizada (MP) pasa por acceder a datos completos del paciente desde múltiples fuentes que incluyen secuenciación genómica; aplicación de tecnología avanzada (salud digital, pruebas de imagen avanzadas…) y al uso de estos datos para descubrir, desarrollar y guiar el tratamiento de forma individualizada con un potencial de mejora significativa para el paciente. Concretamente, la secuenciación genómica exhaustiva, así como la biopsia líquida suponen grandes pasos para ayudar a los profesionales sanitarios a tomar la mejor decisión de tratamiento.
“Esta forma de hacer medicina no es algo nuevo”, explica el doctor Ander Urritikoetxea, director científico-gerente de Onkologikoa, “los profesionales sanitarios llevamos mucho tiempo trabajando en ello, pero ahora se habla con más insistencia de este término porque ha habido un gran cambio, que es disponer de nuevos tratamientos que se dirigen a pacientes con determinadas características. Algo que ha sido posible gracias al conocimiento biológico facilitado por las nuevas técnicas de laboratorio. Y esto a su vez implica el reto de gestionar tecnología de laboratorio compleja, así como la necesidad de agrupar poblaciones de pacientes y de optar por tratamientos con un alto coste económico. Algo que no es posible sin el trabajo conjunto entre los profesionales que tratan, los que gestionan la sanidad y los que generan los tratamientos y la tecnología”.
Hoy se sabe, gracias a los avances en el conocimiento de la biología de los tumores, que el cáncer no es una sola enfermedad sino el resultado de una o más alteraciones en el ADN de una célula. Tradicionalmente el cáncer se ha clasificado en función del órgano donde se originaba, pero en la actualidad es posible analizar el ADN de un tumor y comprender la información molecular del tumor, lo cual determina su identificación.
Por lo que entre los retos actuales estarían la gestión de esta nueva tecnología diagnóstica así como el uso racional de los tratamientos con un alto impacto económico dirigidos a grupos de pacientes concretos. “La identificación de subpoblaciones de pacientes”, comenta el doctor Urritikoetxea, “implica el uso de técnicas específicas, como puede ser la secuenciación génica o la determinación de ADN circulante en sangre o de otro tipo de determinaciones a nivel molecular que no están disponibles en cualquier parte, y que necesitan de un conocimiento determinado. Esto genera un nuevo escenario, en el que se requiere formar al sector sanitario sobre el uso de esta tecnología, a la vez que implica la racionalización de su uso”.
Impacto en la investigación y en la asistencia sanitaria
Esta forma de aplicar la Medicina supone unos beneficios que no se limitan solo a los pacientes, ya que está cambiando también la investigación clínica y biomédica y, sin duda, tendrá un impacto positivo sobre la asistencia sanitaria en términos de eficiencia y ahorro de costes. “El objetivo es conseguir que la MP”, precisa Iñaki Gutiérrez, “esté vinculada siempre a valor. Es decir, que debemos analizar que si conseguimos facilitar un tratamiento que se ajuste más a las características de cada paciente, hay que hacerlo midiendo no solo los resultados en salud, en cuanto a calidad de vida y calidad de la asistencia, sino también los resultados finales en relación a los costes”.
En cuanto a su impacto en la investigación, el doctor Urritikoetxea comenta que el desarrollo de medicamentos dirigidos a poblaciones concretas de pacientes conlleva a un gran cambio en la forma de realizar los ensayos clínicos. “Nos encontramos ante la necesidad de hacer ensayos clínicos en poblaciones muy poco prevalentes, en pacientes que no están en un solo hospital, por lo que para hacer un ensayo clínico ya es obligatorio la colaboración entre centros. Esto ha supuesto un modelo de investigación clínica que exige a los hospitales organizarse en una especie de comunidad investigadora que oferte una serie de estudios clínicos a pacientes de diferentes centros, lo que exige además una mayor eficacia a los investigadores”, concluye este experto.