Entrevista a Maria Cedó, de dos54

En cada número de iARQCO queremos reforzar la visibilidad de las nuevas maneras de ejercer la profesión de la arquitectura en el sector de la edificación. También los arquitectos están redefiniendo su rol y su manera de desarrollarlo. Desde este punto de vista nos acercamos a dos54, un equipo especializado en la consultoría de fachadas formado por María Cedó, arquitecta, y Fernando Moreno, ingeniero técnico. En la siguiente entrevista, María nos explica cuál ha sido la evolución de dos54, su manera de trabajar, la relación entre industria y consultorías o la experiencia de ser formadores de futuros consultores en fachadas.

Esta manera de trabajar es el resultado de una conjunción de circunstancias. Por una parte, una serie de situaciones personales nos han llevado a ello. No siempre fue así. Durante algunos años de la trayectoria de dos54 trabajamos de una manera más tradicional, en un estudio físico y con empleados contratados.

Trabajar de esta manera deslocalizada nos ha servido para llegar a cierto tipo de proyectos y clientes. Para conseguir esto era necesario reducir todo lo posible nuestra estructura hasta llegar a un equipo base y mucho más flexible, constituido por Fernando y por mí, lo que también nos permitía reducir los gastos de la empresa. Dependiendo del proyecto en el que estemos implicados, subcontratamos trabajos como consultorías acústicas, energéticas o los servicios de un arquitecto técnico, por ejemplo.

Es una manera de trabajar que permite adaptarnos a cada proyecto y, por el momento, nos funciona. Igualmente, cuando es necesario acudimos a reuniones o a visitas de obra, con lo que también tenemos presencia física.

Edificio IMS Paulista. Arquitecto: Andrade Morettin. Sao Paulo 2017. Aquí, dos54 ejerció varios trabajos para Grupo Galtier: asistencia técnica, proyecto ejecutivo, cálculo de fachada y desarrollo de sistemas.

Yo soy arquitecta y Fernando es ingeniero, que es una relación muy frecuente en este mundo de la fachada ligera, de hecho, la mayoría somos una cosa o la otra. Es una coincidencia de conocimientos muy necesaria, porque el arquitecto tiene una base más consolidada en el mundo de la construcción y el ingeniero maneja unas herramientas técnicas de cálculo imprescindibles en el sector. Esa unión funciona muy bien en la mayoría de equipos de este sector, como así pasa también en nuestro caso.

Fernando y yo nos conocimos trabajando en un estudio que también estaba especializado en fachadas ligeras y allí fue donde se forjó dos54. Aunque a veces podamos tener apreciaciones diferentes, el binomio de arquitectura e ingeniería es muy necesario, a nosotros nos ha funcionado muy bien.

En España, tenemos como referentes estudios como ENAR, Xavier Ferrés y su equipo o Arup. Ellos son los grandes, las consultoras que tienen mayor experiencia. Para nosotros, su trabajo es un referente absoluto.

Hay otros estudios que tienen un formato similar al nuestro, como mi compañera Magdalena Ostornol, que tiene un estudio que se llama Skin, en Chile y Barcelona, un formato similar al nuestro, donde también integran el propio diseño. Nos gusta mucho cómo trabajan.

También es cierto que es un sector pequeño, no hay tantos estudios en los que fijarse.

En nuestro caso el target del cliente con el que trabajamos responde a una trayectoria un tanto atípica o inusual. Desde el inicio de la formación de la empresa hemos tenido una evolución y el target de nuestro cliente ha cambiado porque, en parte, nosotros lo hemos ido a buscar.

Cuando se formó dos54 en 2013 empezamos a trabajar, de forma natural, con un tipo de cliente que era la empresa fachadista, que se encarga del proyecto ejecutivo de fachada, de su fabricación y montaje. Estas empresas nos contrataban para hacer trabajos de soporte técnico como el desarrollo del proyecto ejecutivo, detalles constructivos, planos de fabricación o cálculos. Trabajábamos como una externalización de su equipo técnico propio.

Trabajos de dirección facultativa y diseño de fachadas realizados para el edificio Danone, para Savills Aguirre Newman.

Con el paso de los años trabajamos para otro tipo de cliente, el estudio de arquitectura, que nos encargaba trabajos más relativos al proyecto de consultoría de fachada.

Finalmente, desde hace unos tres años por fin estamos llegando al target de cliente que buscábamos desde un principio, directamente la propiedad o, en su caso, una consultora inmobiliaria contratada por la propiedad y que dirige el conjunto del proyecto. En estos casos, ofrecemos un pack de trabajos que incluyen la figura del arquitecto diseñador, del consultor de fachada especialista y la dirección facultativa de obra. Habitualmente, estos trabajos se contratan por separado, por lo que nuestra propuesta de valor es que recaigan en un solo interlocutor. Es un método de trabajo que por ahora nos está funcionando muy bien.

Correcto, la flexibilidad del equipo nos ha ayudado a llegar a este cliente. Es lo que queríamos desde un principio, pero si no gestionas eficientemente una estructura empresarial importante, es fácil ser absorbidos por ella y quedarse encallados en el proyecto con el cliente.

No te creas que es más joven, es totalmente coetánea. El MFL es un máster muy profesional. El hecho de haber colaborado activamente en la formación impartida tiene su origen en que cuando hemos buscado perfiles para colaborar con nosotros hemos visto lo difícil que es encontrar gente formada, interesada y motivada en un sector como éste, que es tan específico y técnico y que combina disciplinas tan distintas. Aunque solían responder personas de formaciones como arquitectura o ingenierías, encontrar profesionales cualificados era muy difícil, porque a los arquitectos les falta, a menudo, seguridad técnica y motivación para sumergirse en ello, y el ingeniero carece de una base de conocimiento de la construcción. Cuesta encontrar personas que estén formadas para trabajar en un equipo así.

El MFL ofrece una gran cantera de profesionales que muchas veces empieza de cero en este ámbito o bien ya son profesionales que buscan reforzar sus conocimientos. El máster aporta perfiles que son muy necesarios porque dentro del ámbito de la arquitectura es uno de los sectores que tiene más trabajo.

Es genial formar parte del MFL porque se trata de un gran equipo, tanto en la docencia como en el alumnado. Para nosotros supone una actualización técnica constante, porque hay mucho profesorado y alumnos que son profesionales que ya trabajan en esto. En mi caso, también formo parte de la organización del Máster y trabajar junto a Gabriel Ruiz y Zigor Marroquín lo hace todo muy fácil. Además, es un honor compartir docencia junto a Xavier Ferrés, Francesc Arbós o Miguel Ángel Núñez. Estamos encantados de formar parte.

Sede de Moventia, en Sant Cugat del Vallès, de MUR Arquitectura (2019). Cálculos de fachada para Acieroid.

Como bien dices, las crisis afectan muchísimo, cambian en gran manera las perspectivas en el mundo en el que te estás moviendo. Cuando empezamos con dos54 veníamos de la crisis del 2008 y 2009, por lo que empezamos con mal pie. En España se construía poco y teníamos muchos clientes internacionales o empresas españolas que construían en el extranjero. Esto nos obligaba a tener que adaptarnos a metodologías de construcción y normativas diferentes en cada país. A largo plazo esto nos aporta la experiencia de la adaptación.

A pesar del gran aprendizaje que ya llevamos, al mismo tiempo te das cuenta de que la figura del consultor de fachadas no se entiende igual en todos los países. En Estados Unidos, por ejemplo, esta figura está muy integrada, pero es muy difícil entrar allí desde fuera porque se acepta poco la empresa extranjera. En Latinoamérica hemos trabajado mucho más y la figura del consultor de fachadas ya era más habitual que en España, tenía un perfil más especializado como en el caso del experto en estructuras.

Es cierto que esta figura, con el tiempo, se va globalizando, pero después de trabajar en varios sitios, vas construyendo poco a poco la imagen que en cada lugar existe del consultor de fachadas.

Concesionario Audi, Seat, Wolkswagen, en Terrassa. Obra de Marfina DSL, Arquitectura i Enginyeria (2019).

Sí, es así. Es un sector muy pequeño y es fácil conocer a los equipos comerciales de prácticamente todos los industriales fachadistas que hay en el país, lo que beneficia en gran medida el establecimiento de relaciones personales, incluso a veces de amistad, porque confías en su capacidad de respuesta y de asesoramiento. En el momento de elegir una solución que necesitas es muy fácil contactar con el industrial que te interesa y contar con su asesoramiento y conocer las posibilidades que tienes.

Ha sido así desde el minuto 0. Era una cuestión que teníamos clara como parte de nuestros ideales personales. Si queríamos especializarnos en la consultoría de fachadas y asesorar a otras empresas, lo último que podíamos hacer era tener una atadura comercial. Creíamos que eso le quitaba parte del valor del consultor. Para nosotros era una filosofía de vital importancia. Como somos una empresa pequeña, flexible y adaptable para trabajar en varios proyectos, no queríamos cerrarnos ninguna puerta. Podemos trabajar con varios proveedores para según qué proyectos, pero no vendemos ningún producto ni vamos a recomendar nada que no se ajuste a los requerimientos técnicos del proyecto. Siempre lo hemos visto así, desde el principio.

Sí, es cierto. Ha habido muchos errores iniciales en su aplicación porque al principio, respondiendo al formato, se quiso aportar una enorme cantidad de vidrio a climas donde no tenía ningún sentido. Al final esa concepción ha evolucionado hacia el sistema constructivo de fachada ligera, un elemento que no es estructural, un sistema que va colgado por delante de la estructura y que además se fabrica en taller y se construye en seco. Ese es el valor real de la fachada ligera y no tanto que haya más o menos cantidad de vidrio.

Quizás al principio la fachada ligera se entendió de otra manera, pero al final estamos evolucionando hacia el cambio de ese concepto. La normativa también así lo refleja, porque el Código Técnico, en su última actualización, hace imposible que, por ejemplo, se llegue a construir un proyecto de fachada en Barcelona con la cantidad de vidrio que se aceptaba antes, porque para cumplir con el parámetro Kglobal es necesario tener una opacidad mucho mayor en la fachada o emplear directamente vidrio triple.

Afortunadamente, estamos evolucionando hacia la comprensión de que no se puede construir en según qué latitud con estas cantidades de vidrio, porque es contraproducente y no tiene ningún sentido. Debemos quedarnos con las ventajas que aporta la fachada ligera o el muro cortina modular. Sus formas de montaje, en el fondo, no tienen nada que ver con que haya más o menos vidrio u otro cerramiento ligero.

En el concesionario concebido por Marfina DSL Arquitectura i Enginyeria, dos54 realizó el proyecto ejecutivo de fachada y trabajos de cálculo de fachada para Graditec XXI.

Tenemos un contacto y una colaboración constante, sobre todo con el responsable de las estructuras, porque sus tolerancias no tienen nada que ver con las nuestras. Nuestro proyecto debe tener en cuenta sus cálculos. En todos los sistemas de montaje de anclajes y en sus regulaciones, cuando montamos un forjado contamos con tolerancias y movimientos de unos ±25 mm que sabemos que va a tener el hormigón. Nuestro sistema, que es milimétrico, se monta en centímetros sobre una estructura que, a veces, se construye en decímetros. Gran parte de nuestro trabajo radica ahí, en el momento del encuentro. Obviamente, durante el proyecto estamos en contacto constante con el responsable de las estructuras para prevenir los cambios que puedan surgir.

Nosotros no tenemos mucho conocimiento en mecatrónica, pero sí que percibimos que son nuevas tecnologías que, no sabemos en cuanto tiempo, se aplicarán de manera habitual.

En la industria 4.0, la mecatrónica ya se ha introducido de forma casi natural. En la construcción a menudo estamos a la cola en estas nuevas incorporaciones. También pasa con la aplicación del BIM en los proyectos -aunque cada vez se está incorporando más- porque su introducción es difícil ya que los equipos necesitan adaptar sus infraestructuras y formar a sus trabajadores.

Conocemos el trabajo que se hace en el IAAC, Institute for Advanced Architecture of Catalonia. Han desarrollado un máster de robótica y de arquitectura avanzada y están investigando en otros muchos campos afines. Es un inicio para nuevos descubrimientos muy interesantes que probablemente se podrán aplicar en el futuro y que nos ayudarán a avanzar muchísimo, sobre todo en la fachada, donde a veces son necesarios productos muy especiales. De estas investigaciones pueden surgir innovaciones que den lugar a nuevos sistemas que siempre serán muy bienvenidos.

Edificio Natura Bissé, en Sant Cugat del Vallés, de Juan Trias de Bes, TdB Arquitectura. Dos54 realizó para Garcia Faura el proyecto ejecutivo de la fachada.

Creo que ganaríamos mucho si evolucionásemos hacia un método más integrador. Ahora mismo en España la prescipción y el diseño se realizan en una fase distinta a la del proyecto de ejecución. Métodos como ‘Design and build’, que se aplica en muchos países y en menor medida en España, nos parece que funcionan muchísimo mejor.

Gran parte de los problemas se traducen en la duplicación del trabajo. En España la mayoría de proyectos se hacen dos veces. Si la empresa que se va ocupar de la ejecución de la fachada se involucrase en el propio proceso de prescripción, se evitarían estas repeticiones. Ahora mismo, en la práctica totalidad de proyectos el trabajo de la fachada lo desarrolla primero la dirección facultativa con el equipo consultor, dando lugar a un proyecto totalmente cerrado, con todo especificado y todos los planos realizados. A continuación, se ejecuta un proceso de licitación y se opta por una empresa fachadista concreta a la que se adjudica la obra. Esta empresa tiene su metodología de trabajo y sus proveedores habituales y, como es normal, rehace el proyecto ejecutivo a su manera para conseguir mejores precios. El siguiente paso es revisarlo desde dirección facultativa y la consultoría de fachadas para ratificarlo. Al final, todo este proceso se traduce en una pérdida de tiempo y la posibilidad de generación de conflictos inesperados que desembocan en problemas a pie de obra.

Lo ideal es que la prescripción no dependa únicamente del arquitecto o de la empresa fachadista, sino que se constituya un equipo que involucre a ambos. Es verdad que la elección del fachadista es una labor delicada, pero desde el punto de vista del proceso de proyecto funciona mucho mejor de forma integrada, porque las dos partes van a tomar decisiones consensuadas para que el industrial pueda desarrollar correctamente las soluciones prescritas.

Hay algunos aspectos en nuestro sector que pueden estar enquistados, pero que poco a poco van cambiando a mejor. Hay equipos jóvenes que aportan nuevas inquietudes, lo cual es muy interesante de cara a generar una renovación.